Le parecia a ella que sus preciosos zapatos hechos exclusivamente para la ocasión, le iban a llevar lejos donde la felicidad se esconde.
En silencio, se miró en el espejo y apenas se reconoció.¡¡ Estaba tan bella!!
Ya en el pasillo de la iglesia, su corazón latia tan fuerte que le hacia daño, como presagiando que el dolor y el amor casi siempre van unidos.
Solo cuando se encontró con la mirada de él, comprendió que la primavera de la vida habia llegado a su encuentro, y se dejó llevar apretando fuertemente la mano de su amado.