Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura se transformó, de pronto, en una monstruosa araña de pelaje gris marrón. De sus orejas emergieron dos patas velludas, y otro par debajo de las costillas. Sus preciosos ojos azules comenzaron a oscurecerse y a multiplicarse, reflejando en su superficie el rostro aterrado de la muchacha...
Cuando su padre terminó el cuento, la pequeña estaba completamente tapada por la sábana.
-Hay que ver cómo crece –le susurró a su mujer al acostarse-. Pero no te preocupes, ya voy poniendo remedio a las pequeñas dificultades que puedan venir.
NiñoCactus