Es imposible que una sola palabra sea un diálogo
aunque lo arrastre
aunque una sola palabra pueda ser en dos
la misma palabra
esquizofrénica manera del decir
en vos, en mí
dos que tironean el sonido, el estremecimiento total y final del vocablo
que una vez por vez muere al nacer
huérfana de un todo
de la caricia, del calor de un pecho de mujer
como el de uno de varón
pero llena de ilusiones de ser
trino y obediencia de un cantar con dos tonos
que nunca imaginó la confluencia
como el río de montaña que baja raudo a su cauce final
antes de ser océano
una sola palabra, que jamás será dialogo
pero que explota y se hace esquirla de Dios
en los labios de todos aquellos
que están atentos al milagro.
Rubén Callejas