La disputa entre dos ilustradores de espacios públicos londinenses ha dado lugar a un largo conflicto entre corrientes de grafiteros, enfrentamiento que parece no acabará pronto.
Primera intervención de Banksy sobre el original de Robbo, 2005. Foto: AFP
El Regent’s Canal es un ducto ubicado debajo de la Comisaría de Policía del barrio de Camden, en Londres. Para caminar por él es necesario meterse por un pequeño túnel y, para cruzar de un lado a otro de las estrechas banquetas, necesariamente hay que entrar en el agua. Aun así no es inaccesible. Una de sus paredes ha sido escenario de una batalla que empezó en 1985, cuando un joven grafitero burló a la Policía, que se encontraba a pocos metros, para colocar ahí su firma en una de las pintas más antiguas de la ciudad. Su nombre, en colores amarillo, rojo y azul, coronado por flechas que señalaban dónde se encontraba la autoridad; su firma aparecía también a un costado: Robbo.
BATALLA POR LAS CALLES
En Londres el grafiti ha sido severamente castigado por las autoridades, desde que aparecieron los primeros grafiteros motivados por el movimiento neoyorkino de los años setenta. Los jóvenes londinenses veían como referencia las pintas realizadas en el Metro de Nueva York dentro del movimiento hiphopero, hechas por grafiteros reconocidos como Super Kool, Phase 2 o Flint 707, los que estampaban sus firmas a lo largo y ancho de los vagones. En Nueva York fue necesario un gran operativo que culminó con la presencia de policías en los andenes, vagones y el arresto de muchos jóvenes que cada vez tenían menos posiblilidades de expresarse. De ahí, el fenómeno se trasladó a Europa, donde se estableció principalmente en Inglaterra, Alemania y España.
Como movimiento, el grafiti se diferencia de otro tipo de pintas (como las bardas que anuncian algún evento o propaganda electoral) por varias características: su naturaleza ilegal y clandestina; la búsqueda del reconocimiento del grafitero al estampar su firma y estilo en cada una de sus obras, y la invasión de espacios públicos no por esperar retribución económica por ello, sino por el prestigio. Entre más difícil sea el acceso al área donde se pinta, mayor renombre se adquiere.
Para algunos, la antítesis de este movimiento es el llamado street art o posgrafiti, cuyo representante más famoso a escala mundial es el artista de Bristol conocido como Banksy: no es un grafitero tradicional sino que usa una técnica de estarcido y esténciles para colocar mensajes anticapitalistas o antiglobalización en las calles de manera anónima. Para la vieja escuela, es inadmisible que el trabajo de éste haya saltado a galerías y museos, que se enriquezca por ello y que sea conocido en todo el mundo por medio de internet (su trabajo, como el de otros artistas similares, es llamado despectivamente como graffiteros 2.0). Aunque los lienzos que usan unos y otros son las paredes, se ha marcado claramente la diferencia entre uno y otro bando: grafiteros contra artistas urbanos.
Pinta del Team Robbo contra Banksy.
Fisher Boy, obra del artista callejero grafiteada por sus rivales.
EL ENCUENTRO CON ROBBO
A finales de los años noventa, el artista Ben Eine organizó una fiesta, a la cual invitó a Robbo y a Banksy, que en esos años comenzaba su carrera como street artist. Eine los presentó, pero Banksy, en un arranque de arrogancia, le dijo al grafitero: “No sé quién seas, nunca he oído de ti”; en una entrevista posterior, Robbo contó que su respuesta fue: “Tal vez no me conozcas, pero nunca te olvidarás de mí”, seguido de dos puñetazos a su cara. Este episodio fue el detonante que polarizó a los dos movimientos: la old school vió en Banksy un joven irrespetuoso de las reglas. “Tenemos códigos”, declaró esa ocasión el grafitero Choci-Roc, “y Banksy no tenía derecho a desconocer de esa manera a uno de los impulsores del movimiento urbano”.
Durante la primera década del siglo XXI la fama de Banksy explotó alrededor del mundo al hacer intervenciones famosas en museos y muros, apoyado siempre por su difusión en internet. Pero su “venganza” contra Robbo vino años después, en diciembre de 2009, cuando intervino aquel mítico grafiti en el Regent’s Canal. Cubrió parcialmente de gris la pared, dejando ver sólo un poco la vieja pinta de Robbo, y el dibujo de un hombre que simulaba poner un papel tapiz sobre la pieza que durante más de 20 años fue representativa de la rebeldía inglesa. Tituló a su obra Wallpaper, y en cuestión de horas ya era conocida en todo el mundo.
En ese año Robbo, casado y con tres hijos, ya estaba retirado de su labor en las calles. Pero al enterarse de lo que Banksy había hecho sobre su obra, tuvo que desempolvar sus viejos aerosoles: a los pocos días, él —o alguno de sus seguidores— cubrió completamente de gris la pared, pero respetando el dibujo hecho por Banksy con la firma “King Robbo”, como si el hombre de la escena lo hubiera escrito.
En los primeros meses de 2010 se desató una guerra entre los seguidores de Robbo y de Banksy. El Team Robbo intervenía cada una de las obras del artista callejero en Londres, y las borraba con pintura plateada (técnica conocida como El Regent’s Canal es un ducto ubicado debajo de la Comisaría de Policía del barrio de Camden, en Londres. Para caminar por él es necesario meterse por un pequeño túnel y, para cruzar de un lado a otro de las estrechas banquetas, necesariamente hay que entrar en el agua. Aun así no es inaccesible. Una de sus paredes ha sido escenario de una batalla que empezó en 1985, cuando un joven grafitero burló a la Policía, que se encontraba a pocos metros, para colocar ahí su firma en una de las pintas más antiguas de la ciudad. Su nombre, en colores amarillo, rojo y azul, coronado por flechas que señalaban dónde se encontraba la autoridad; su firma aparecía también a un costado: Robbo.
Personajes de Don Gato, utilizados en esta "guerra".
Dibujo en el ducto de Camden.
KING ROBBO
A partir de ese momento, Robbo fue conocido como King Robbo, y la atención de los medios se centró en la disputa, en gran medida por la fama mundial que ya precedía a Banksy, y porque sus obras se convirtieron en puntos de interés para los turistas que visitan la capital británica. Días después, el mensaje “FucKing Robbo” fue corregido y restaurado a “King Robbo”; al mismo tiempo, los seguidores de uno y otro pintaban Londres con leyendas como “Muere Robbo”, y del otro lado “Robbo trabaja con orgullo”. Las autoridades londinenses tuvieron que intervenir en agosto de 2010, y cubrieron con pintura negra las paredes disputadas, incluyendo la del canal Regent.
Sin embargo, al siguiente mes, en esa misma pared, apareció un dibujo del personaje Don Gato, recargado en una tumba en cuya lápida se podía leer: “R.I.P. la carrera de Banksy”, firmado por el Team Robbo. Durante tres meses este mismo equipo se apoderó de los lugares donde Banksy pintó alguna vez, retándolo con frases como “Banksy no tiene pelotas” y borrando su obra. El gobierno de Londres volvió a cubrir todas las pintas.
¿EL FIN DE UNA PELEA?
En enero de 2011 apareció un dibujo en el ducto de Camden: la sala de una casa, silueteada, y una pecera sobre una mesita, de la que un pez escapa saltando. Se cree que fue Banksy quien la realizó, aunque nunca lo confirmó.
En un extraño giro de esta historia, la madrugada del dos de abril del año pasado King Robbo fue encontrado afuera de su casa en Islington, Londres, con una herida en la cabeza, lo que lo dejó en coma durante varios meses. Este accidente pasó justo antes de inaugurarse una exposición en la que iba a mostrar el trabajo que había realizado durante casi tres décadas, y que —gracias a la atención que los medios le pusieron por su conflicto con Banksy— llamó la atención de las galerías londinenses. Robbo estaba emocionado con esta idea, y horas antes se había reunido con su equipo sobre las acciones a tomar en las siguientes semanas. Aún no se sabe lo que pasó ese día.
Después del accidente, el Team Robbo siguió adelante con la exposición, y en septiembre del año pasado reunieron 150 piezas entre artistas urbanos y grafiteros, y lograron vender más de 75 mil dólares, los que se utilizaron para la recuperación del grafitero. Hace pocas semanas Robbo recuperó la consciencia, pero no está en condiciones de explicar lo sucedido aquella noche. Puede mover un brazo y escucha, pero los doctores estiman que pasarán más de dos años hasta que se recupere parcialmente.
El final aparente de esta batalla callejera llegó el 10 de noviembre de 2011, cuando Banksy pintó la silueta del grafiti original de Robbo de 1985 y una lata de aerosol con una llama encendida, en señal de respeto por lo que le sucedió. Aun con esta tregua aparente, el 25 de diciembre pasado el Team Robbo reconstruyó totalmente el grafiti original y le agregó la frase “think” (“Robbo piensa”).
Parece que esta lucha entre la vieja guardia y los artistas urbanos no ha terminado. En lo que va de 2012 han surgido grupos, sin conexión aparente, del Team Robbo en todo el mundo, que hacen dub sobre las obras de Banksy en Australia, Sudáfrica o Alemania. Una liga de la página www.teamrobbo.org lo expone claramente: “Parece irreal que la gente pueda terminar en la cárcel [por grafitear]; sin embargo, alguien pone un esténcil y eso está bien, porque atrae el turismo. Esta es una pelea entre dos movimientos y apenas está comenzando”.
Grafiti antiBanksy.