“La poesía actual escamotea la belleza ofreciendo en su lugar una palabra puramente comunicativa”
Alfredo Rodríguez, poetaEsther Peñas / Madrid- 12/06/2015
'La pasión de la libertad’ (Ediciones Ulises) es el título de la segunda entrega de las conversaciones entre los poetas José María Álvarez (Cartagena, 1942) y Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969), esta vez surgidas en la ciudad invocada por Rick Blaine al final de ‘Casablanca’, París. Unos diálogos por momentos intensos, por instantes lúdicos, por renglones apasionados y esquivos. En cualquier caso, una nueva ocasión de adentrarse en la vida y obra de un poeta raro, que pespunta versos al margen de los cánones oficiales y oficiosos, de la mano de otro poeta extraño, arabesco y gemado.
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1. Siempre has considerado a José María tu mentor. ¿Qué tiene en común tu poesía con la de Álvarez?
Sí, bueno, me gusta más la palabra ‘maestro’. Creo que recoge mejor la esencia de todo lo que ha supuesto para mí la obra y la persona de José María Álvarez. Siempre digo que no creo haber sido poeta hasta después de haberle leído y, sobre todo, de haberle conocido en persona. En cuanto a nuestras poéticas —que hoy día yo creo que no tienen ya nada que ver o muy poco— siempre ha sido un orgullo que me consideraran un imitador suyo en mis primeros libros; porque he dejado siempre que lo mejor de su obra actúe sobre mí, pero he continuado mi camino. Su poesía, inevitablemente, ha contribuido a hacer de mi vida y de mi obra lo que mi vida y mi obra son hoy. Y su obra, claro está, tendrá siempre y en todo momento un sitio de privilegio entre los libros de mi biblioteca.
2. ¿Por qué era necesario un segundo libro de conversaciones con el poeta?
Bueno, como suelo decir siempre, Álvarez no se acaba nunca… Podría hacer diez libros de conversaciones con él y no terminaría. Su obra, su vida… es inabarcable. Da para eso y mucho más. La verdad es que era necesario profundizar más, dar un paso más. De hecho estamos ultimando un tercer libro que cerraría la trilogía de París, con el título de ‘Nebleglanz’. Pero es que hace unos días, en Madrid, hasta hablábamos de un cuarto libro de conversaciones que tendría lugar en Venecia, ‘su Venezia’ con z.
3. ‘Pasión de la libertad’. ¿Tiene más, Álvarez, de apasionado o de libre?
Álvarez es la persona más libre que yo haya conocido nunca. Nada le ata a nada que no sea la poesía —esa amante celosa, posesiva, como él dice—. La absoluta libertad de su escritura es una exquisita forma de resistencia cultural. Y puede reconocérsele su genio viéndole vivir, porque cada una de sus horas esta cargada de sentido. Vive en un continuo estado de creatividad, conversa con sus amigos o sus visitantes de una manera que ya se ha olvidado en nuestros días. En fin, cada uno de los momentos pasados en su compañía son una revelación.
4. ¿Qué te llevas de este libro, qué has aprendido con él?
Bueno, a mí personalmente y como lector, las conversaciones con Álvarez me ‘alimentan’, una vez más, por largo tiempo. Su estilo intelectual, y eso puede verse en este libro, es fruto de un exquisito trato con la Literatura y el Arte.Te lo diré con una frase que aparece en el libro: “Carecer de ambiciones sociales y tener una profunda ambición cultural, ambición de saber”: esa es la mejor fórmula para vivir, según José María Álvarez.
5. ¿Qué gana la charla cuando el interlocutor también es poeta?
Eso es fundamental. Eso me atrevería a decir que representa un hito, algo único, un proyecto que no tiene parangón en nuestra tradición literaria: una serie de libros de conversaciones entre dos poetas amigos, un maestro y un discípulo, y llevadas a cabo durante varios años. Es algo en lo que he insistido mucho: yo no soy un intelectual, ni un crítico literario, ni un periodista, ni siquiera lo que se suele llamar un estudioso de la obra del poeta.Soy un simple lector y un poeta, que busca aprender, saber más, alguien al que le queda aún mucho por leer, mucho por comprender. En este libro no se busca nunca el lucimiento del entrevistador. El poeta-entrevistador está en la sombra, pero no permanece neutro, indiferente, sino que toma partido, se moja, arriesga. Además queda siempre claro que es un poeta, un poeta que ama la obra del poeta-maestro, que tiene dudas, le han ido surgiendo a lo largo de los años muchas preguntas, muchas dudas sobre diferentes temas relacionados siempre con la vida o la obra de su maestro. Estos libros de conversaciones con Álvarez son o suponen una recopilación y puesta en escena de todas esas preguntas y dudas. Todo encaminado siempre a la mayor comprensión de su obra. Y el poeta-maestro es alguien cada vez más viejo, cada vez más sabio, alguien que cada vez está más allá de todo.
6. ¿Qué tiene la figura poética de José María que lo distingue del resto de poetas contemporáneos?
José María Álvarez es, sin duda, uno de los más valiosos poetas de nuestro tiempo. Su poesía posee todo lo que distingue a la gran poesía: una lengua poética que es solo suya y que lo distingue con claridad en el seno de la poesía española contemporánea; un mundo lírico propio, es decir, un lenguaje poético singular; y una conciencia de la tradición (o más bien, del conjunto de las tradiciones), conciencia sin la cual no cabe la gran poesía. Y sobre todo, la suprema libertad del decir. Su poesía, su obra en general, abre caminos que otros jamás se atrevieron.
7. Y, en cuanto a la faceta personal, ¿qué destacarías?
Posee una cultura impresionante, yo creo que es uno de los pocos poetas cultos de verdad que quedan en la poesía española actual. Y además una cultura estupendamente bien digerida, verdadera cultura, vivida, intensa. Álvarez pertenece a esa raza de poetas que han vivido siempre sus vidas enteramente dedicadas a la Literatura. Todo en él se vuelve literario. Y eso es magnífico. Su fabulosa apertura a la experiencia literaria y a las artes. Luego está su absoluto escepticismo, su estoicismo, su hedonismo, a veces hasta su nihilismo… Pero sobre todo, él no habla de nada que no conozca a la perfección, y sus palabras y sus ideas son tan apropiadas y ordenadas que no parecen llegar de improviso, sino después de un largo estudio. En fin, un hombre que ha mantenido siempre la fe en la palabra de la poesía. Y un buen amigo…, un maestro y un amigo.
8. Que el autor desgrane su obra, ¿no la cercena, de algún modo, no la limita?
Bueno, él casi nunca habla de sus poemas. No le gusta explicarlos. Dice que la poesía no se explica, que simplemente ocurre, sucede, art happens que decía el pintorWhistler. Que todo debe quedar ahí, en el propio ‘mundo del poema’ —una especie de mundo paralelo, con vida propia—, en esa nebulosa incierta, en ese misterio inexplicable del poema. A pesar de que yo a veces insisto en mis preguntas, me pongo pesado con este o aquel otro poema y extraigo un leve resquicio, un hilo del que luego voy tirando.
9. ¿Con qué poema te quedarías en este instante de José María?
Bueno, hay muchos. Su obra poética es inmensa,una auténtica suma poética de calidad. Hay un poema que a mí me gusta mucho recitar en privado y así lo he hecho más de una vez al final de reuniones y cenas con amigos, porque es un poema que yo entiendo que es un resumen perfecto de todo el mundo alvareziano, de lo que yo llamo ‘los territorios de Álvarez’, y en el que siempre encuentro algo nuevo en cada lectura y eso es algo que solo sucede con la buena poesía. Se titula ‘E la belleza de la baia di Taormina’, apareció en su libro El escudo de Aquiles, y dice así:
Llegarás a Taormina. Quizá tus pasosrevelen el cansancio.O quizá es que al apagarse de ese día lo comparas, y te entristeces,con el de todo tu mundo.Llegarás a Taormina. Son caminos que ya muchos pisarony alguno de ellos, maestro tuyo. Y verás las ruinas del teatro,y entre sus columnas muertasel espejo del mar, la sagrada presencia del Etna. Descansa contemplando este paisaje. La luz del movimiento del crepúsculo.Aquí, esa grandeza que amasnació, fue creciendocomo los olivos, el lentisco, las chumberas,bajo los vientos de la mar,al par de todo ello, en la claridad.Aquí unos hombresaseguraron con su dibujodel mundo, ser ellos la medidade todas las cosas. Y a esa medida levantaronArte y sabiduría,leyes y placer.Todo aquello de cuyas ruinas aúntú te alimentas, todo aquelloque es la última instancia de tu alma.
Llegarás a Taormina,y descansarás contemplando esa belleza. Y ya ni siquiera la amarás. Porque habrás comprendido.
10.Una de las obsesiones de José María es el concepto de belleza. ¿Qué es para él la belleza, qué peso específico ocupa en su hacer poético?
Bueno, el concepto de Belleza en Álvarez es omnipotente, y eso es muy de agradecer en la lectura de toda su obra; hoy que se escamotea tanto la belleza, la palabra bella en poesía, ofreciendo en su lugar una palabra puramente comunicativa, estimando que así será mejor entendida, que resultará más al alcance de todo el mundo. Todo en un lenguaje de hoy, instrumental y banal.Álvarez lleva unas cuantas decenas de años ya escribiendo poesía, tratando de apresar ese trozo de vida —el poema como un pedazo de carne viva ensangrentada, como él diría—, de nombrar la belleza del mundo, de dejar traslucir toda esa hermosura, dedonar siempre su vida a esta idea pura y sincera del Arte, sin concesiones al oportunismo, a la conveniencia ni al mercado; y consagrado únicamente a la búsqueda de la Belleza y a la celebración de esa Belleza.
Entrevista al poeta Alfredo Rodríguezpor Esther Peñas, Diario Solidaridad Digital12 de Junio de 2015