La piedra

Publicado el 22 febrero 2015 por Anabel

Foto extraída de photo pin


Llevo una piedra en el bolsillo izquierdo del abrigo, una piedra. Me la diste tú y por eso la guardo. Bajabas sonriendo las escaleras del porche del colegio. Dijiste que la habías encontrado en el recreo, y que era para mí. Seguro que no te acuerdas.
Tiene forma alargada, redonda en los extremos, suave. A veces me parece un dedo un poco aplastado. Un dedo, me digo mientras la acaricio con suavidad y le doy vueltas, sin mirarla.
Tu padre me dijo el otro día: llevas una piedra en el bolsillo.
Lo sé,  contesté.
Cuando tengo miedo, estoy triste o simplemente  me apetece, meto la mano en el bolsillo y acaricio la piedra. Entonces me acuerdo de ti, de tu hermana y parece que el miedo, la tristeza desaparecen, al menos, por un rato.
Cuando llegue la primavera buscaré otro bolsillo en una prenda más fina, o tal vez no, puede que la deje ahí, para encontrarla el otoño o el invierno que viene. No sé. Depende que  que encuentres otra piedra para mí, un botón o una pluma, ya sabes que me gustan.
De momento llevo una piedra en el bolsillo izquierdo del bolsillo, una que me impulsa a volar. No me siento sola.
Una piedra para derribar muros y abrirse a la luz, una piedra para construir puentes en los momentos complicados.
No sé que podría regalarte para igualar su valor.
Gracias P.