Tengo unos dos piquetes de algo en el brazo, al menos otros dos en la espalda y otros tres entre el cuello y el pecho. Las ronchas o como se llame lo que tengo, han evolucionado hasta verse realmente mal. Pican. Duelen. Parecen ser de araña. Afortunadamente, los bichos no se han acercado a mi niña.
Esta sensación me ha traído el recuerdo vívido de cuando tuve escarlatina. No sabía que tenía ese recuerdo táctil.
Silvia Parque