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La plaza del Azufaifo

Publicado el 03 febrero 2010 por Icíar
La plaza del Azufaifo
Escritora: Isabel Núñez
Prólogo: Enrique Vila-Matas
La plaza del azufaifo, es un ejemplo de cómo a veces, resistir y ser tenaz da resultados. Libro escrito a modo de diario y autobiográfico de un corto período, un año. Día a día nos cuenta la escritora la batalla que inició para salvar una árbol bicentenario de una muerte segura, que para orgullo de todos los que pelearon por él resultó ser uno de los ejemplares más monumentales e importantes de Europa. Este árbol se le conoce con el nombre de jinjolero ó azufaifo.
Al mismo tiempo, se entrelazan historias personales, nos hablará la escritora de su infancia, de otros recuerdos, de pensamientos, de desayunos... Como dice Vila-Matas en el prólogo, este libro, que cambia de género como si fuesen estados de ánimo.
A través del libro nos daremos cuenta que el descontento no es una locura fanática por salvaguardar un árbol en concreto, sino que viene a ser un símbolo, la gota que colma el vaso en la desesperación de ver cómo va cayendo un mundo que una vez fue bonito, para dar paso a otro donde la fealdad, la mediocridad y la falta de identidad queda instalado. Un mundo en el que cada vez más el cemento lo invade todo, en el que cada vez más hay menos color verde, menos sombras. Barcelona es exportada como la ciudad del diseño. Para ellos, sin embargo, es la ciudad parque temático, la gran galería comercial.
Sin embargo, se dice de Barcelona que es la ciudad de Europa con más árboles. Nada se dice de cómo realizan ese cómputo. A modo irónico, se dice en el libro que en el cómputo artificial de árboles los gobiernos deben de sumar las ramitas escuchimizadas como árboles, ‘desierto de palitroques, esos finos arbolillos pelados que convierten a Barcelona, sólo en los sueños municipales, en la ciudad con más árboles de Europa’.
Se repite en el libro hasta la saciedad, lo que ya todos sabemos, y es que mientras la principal fuente de financiación de los ayuntamientos procedan de operaciones inmobiliarias, no puede existir objetividad e independencia en lo que se hace con nuestras ciudades. Y esto es algo muy irritante para todos.
Muy gráfico el siguiente párrafo: ‘alguien me dijo que no se puede volver a ningún sitio, porque el mundo se va estropeando muchísimo, y al menos, hay lugares, que ves por primera vez, y sin la sensación espinosa de lo perdido, de todo lo destruido. No decepcionan.
El libro queda documentado con escritos dirigidos a las autoridades, con sus respuestas, así como los artículos aparecidos en los periódicos. También se alterna con descripciones de la vida cotidiana que va dando un respiro y te hacen sonreír. Lo mismo de los personajes anónimos que van apareciendo, como la amiga tendera que tan bien vigila y les avisa, como el sabio librero de la calle Berlinés, como el Blogger profesor de literatura, que creo saber quién es, y muchos más, sin olvidar, claro está, a los lectores silenciosos de su blog, entre los que me encuentro.
Terminaré con un ejemplo de los refrescos del libro:
Cuenta la escritora a un amigo algo que dijo Freud ‘las relaciones humanas podían escenificarse como dos erizos en una cueva. El frío les obliga a juntarse para soportar el frío, pero si se juntan demasiado, se pinchan’.

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