Llevo algún tiempo sin escribir nada, al margen de este blog y las correspondientes cartas a las editoriales, y me siento un tanto vacía por no seguir desarrollando lo que considero mi modo de expresión. He encontrado en la Red quince tipos de bloqueo a la creatividad, que expongo a continuación, y he de decir que todos llevan mucha razón en sus afirmaciones.
Particularmente añadiría un punto más: la apatía generada por la falta de respuesta, que provoca flacidez en la pluma. Quizás para algunos escritores o creativos no sea motivo suficiente (o excusa) para justificar la ausencia de ganas de trabajar… pero yo, a estas alturas de la película, necesito esa palmadita profesional en la espalda (viagra moral para mi pluma), que me haga continuar. Es como si se me hubieran acabado las pilas y resultara imprescindible la colocación de unas nuevas para seguir funcionando a buen ritmo. Y la batería -para ser efectiva- debe llevar impresa la palabra SÍ, como variante en la fórmula.
Éstos son los quince tipos de bloqueo que un creativo -un escritor- puede sufrir a lo largo de su carrera. Me reconozco en todos menos en el primero. No temo al fracaso porque siempre he contado con él desde el principio. De hecho, cualquier éxito mínimo (la venta de un ejemplar de Evocación, póngase por caso) lo contemplo con el asombro de un niño en la mañana del 6 de Enero…
1. Temor al fracaso, que lleva a retroceder y rechazar los riesgos.
2. Resistencia a jugar, que termina con el humor y alimenta el apego a lo conocido.
3. Tendencia a la rutina, que termina asfixiando la posibilidad de descubrir oportunidades.
4. Miedo a lo desconocido, que cierra el camino de nuevas experiencias.
5. Exceso de certeza, que perpetúa una sola línea de pensamiento y de acción.
6. Excesiva rigidez, que no permite valorar y utilizar tanto la lógica como la imaginación y la fantasía.
7. Desaprovechamiento de los sentidos, que empobrece la experiencia.
8. Emocionalidad temerosa, que paraliza frente al poder de los afectos.
9. Falta de sentido crítico, que predispone a la obediencia y al conformismo.
10. Rechazo a la diferencia, que oscurece la visión de nuevas ideas.
11. Falta de proyectos compartidos, que impide formas activas de colaboración.
12. Ausencia de autoconocimiento, que entorpece el desarrollo del potencial.
13. Soberbia, que anula la posibilidad de poner en duda ideas preconcebidas y meterse cada cual consigo mismo para cuestionar el límite del pensamiento y por ende lograr su trascendencia.
14. Sobre-exigencia hacia uno mismo o hacia otros, que impide aceptar las etapas caóticas y sin control características de la gestación creativa.
15. Obsesión perfeccionista, que dificulta el proceso de elaboración creativa y rechaza las “ideas en proceso” aplicándoles estándares propios de las “ideas terminadas”. (Ricardo López y Andrés Ubierna).
La buena noticia es que las Navidades están a la vuelta de la esquina y… ¿quién sabe? quizás pueda sorprenderme de nuevo. Lo difícil sólo es difícil, no imposible. Casi nada lo es…