La polución de internet

Google tiene una serie de algoritmos (a mí no me los ha presentado, pero haberlos, hailos) para cuando decidimos buscar en Google alguna cosita que nos interesa y ¡Zas! Se obtengan los resultados. La bondad del sistema nos diría que es un asunto del azar, como encontrar una buena pareja. Pues no… El culpable de la buena o mala pareja, puede ser una verdadera cuestión de azar, pero en lo tocante a los resultados de la búsqueda en google, me temo que son sus algoritmos programados. Por ejemplo, imaginemos que en China todos los internautas buscan “Un Jardín para MariCari”. Millones de preciosos ojos rasgados buscando el Jardín ¡Qué dolor de cabeza me acaba de entrar imaginando el número que saldrá! Voy a sentarme, que estoy mareada... Y el Jardín está temblando porque lo van a quedar todo pisoteado… porque amigos, Google viene recibiendo diariamente mil millones de peticiones de búsqueda al día (¡Guau, esto es un mareo de primera!).
Pues ahora que caigo, es posible que incluso introduciendo en la barrita de búsqueda (motor de búsqueda) la frase “Un Jardín para MariCari”, no salga este jardín… ¡Ya me he venido a bajo otra vez, y las margaritas y los cipreses ahora están tan alargados a ras de suelo como su propia sombra, que da penita!

¿Google por qué hace esto?

Para evitar que primen, en la jerarquía del listado que entregan ponderadamente tras cualquier búsqueda, los sitios que no contengan contenido original (disculpar el lenguaje, ya sabéis que esto es lo mío, soy documentalista antes que jardinera), o que se dediquen a copiar, o lo más “in” los llamados (yo hasta hace 5 minutos ni papa de esto) granjas de contenidos (serán ovejas, cerdos, gallinas y vacas copiotas, o clonadas, ¡Vete tú a saber!). No, no, son sitios que buscando ganar dinero con la publicidad que le hacen a empresas, usan estrategias para conseguir buenas posiciones en los buscadores, el resultado es que siempre salen en las búsquedas y de los primeritos… Y la estrategia que siguen no es ni más ni menos que llenar su sitio de muchos contenidos diarios (+ de 4000 p.e.) pero sin elaborarlos, los llaman chatarra informativa, je, je…

¿Google cómo detecta esto?

Sus algoritmos de búsqueda son sabuesos en busca de las trampas, tales como  enmascaramientos de enlaces (¡No confundir con las máscaras de carnaval que tengáis preparadas!); textos ocultos para el visitante pero que son leídos por el algoritmo; aprovechamiento de  errores ortográficos (a posta escriben gogle y ¡Aparece una oveja clonada!). Se defienden diciendo que ellos buscan prestigiar sus resultados de búsqueda.

¿Google de quién se fía para esto?

En el caso que nos ocupa, para desgracia del Jardín, de los millones de chinos que usen el navegador Chrome, porque pueden indicar que esa página no es relevante a la búsqueda (dichoso lenguaje mío) y si todos los preciosos ojos rasgados "cliquean" ahí... el Jardín se seca, ya no florece... (la coplilla)... porque no vuelve a salir en las búsquedas.
Afortunadamente han comenzado por EE.UU. y creen que lo sufrirán (en silencio) solo el 11,8% de los resultados de cada búsqueda. En la Unión Europea ya se han recibido varias denuncias de grupos de empresas porque dicen que Google manipula sus algoritmos para perjudicar a la compentencia (a ellos, vamos)... ¡La guerra está servida!

¿Google qué quiere entonces con esto?

Pues lo mismo que se encarga de que en Google Instant no aparezcan sitios sospechosos de vulnerar la propiedad intelectual, quieren páginas con contenido original y con información sobre investigación, reportajes y análisis profundos y reflexivos… ¡Y un jamón con chorrera, también, no te digo! Porque Google ofrece gratis una plataforma para tener nuestras cositas, pero quiere todas las ganancias publicitarias para ella, no da nada gratis… y creo que, irremediablemente ¡Me he convertido en  su negra!
P.D. "Mi preocupación sería colosal si viviese de la publicidad de mi blog, pero, no es así, aunque el esto de Google me ha alterado el Jardín y aún no es primavera…"
{¡B U E N A_____B Ú S Q U E D A!}