La primera muerte...

Publicado el 29 agosto 2010 por Ter0n
Siempre acaba pasando.
La condición humana está abocada a un mismo fin. La gran igualadora, lo llaman.
El problema de la muerte es que es sinónimo de fracaso, y la primera suele ser el golpe más fuerte de todos.
Por eso es bueno que las primeras muertes se sufran de estudiante. Mi amigo, el doctor Otto von Stein, fue bastante consciente del tema. Así que aquel día de prácticas, en un paciente donde se había complicado todo lo inimaginable, se quedó hasta más tarde de la hora de almorzar. Y lo acompañó en el viaje hacia lo desconocido.
Esa primera muerte suele ser la más difícil. Aunque los signos pudieran llegar a sugerir el fatal desenlace, haces todo lo posible por reanimar al cadáver. Te niegas a admitir la derrota, aunque estuviera ya con rigidez y livideces cadavérica, y a pesar de ver el gusano blanco de las películas saliéndole por la nariz. Resulta prácticamente imposible de aceptar, porque es el primer fracaso serio al que te enfrentas. Por ello se hace todo lo posible para retrasar el fatal desenlace, pese a no ser lo adecuado en las circunstancias y sólo estés posponiendo lo inevitable.
Posteriormente, Otto von Stein ha tenido otras muertes, aunque ninguna le ha afectado tanto como la primera. Cuando ejerces de médico es algo que acaba sucediendo tarde o temprano. Se puede intentar parchear las cosas, pero hay ocasiones donde, simplemente no se puede hacer nada más. Lo importante en estos casos es saber sobrellevar el duelo lo mejor posible. La vida sigue, y al mundo le importa tres carajos cómo te sientas o los motivos detrás de tu comportamiento errático o los pequeños fallos técnicos.
A la mañana siguiente saldrá el sol. Los políticos se seguirán peleando, y las noticias serán las mismas de ayer, con otros actores. No te puedes permitir permanecer en la etapa de negación o depresión. La procesión debe ir por dentro, y casi todo el mundo tiene sus problemas. Sólo tú puedes atravesar todas las fases del duelo hasta aprender a sobrellevarlo. Nadie puede recorrer el camino por ti. Tardes más o tardes menos es asunto tuyo, y personal. La vida sigue.
En fin... Menos mal que dentro de una semana me voy de vacaciones.