La primera vez

Siempre incluye un nerviosismo propio, una expectación, una imagen platónica de lo que pudiera ser.

Muchas veces no concuerda. No hay conciliación real entre lo que se desea, lo que se espera y lo que es.

Tres conceptos duros de digerir: el deseo, la esperanza y la realidad.

Quedan tres días para “desvirtualizar-me”. Suena a desintegración, a un proceso molecular difícil de explicar. En cierta manera lo es.

A esta altura ya todos sabrán que es el 15J- pero para los perdidos, es un eventazo que se han montado unas mamas bloggers-trabajadoras-trendydelamuerte para que nos tomemos unos GT´s y nos conozcamos.

Se que a muchas- por no decir a todas- nos da un revoloteo especial en el estómago saber que nos conoceremos. Pondremos caras y nombres reales a las personas que nos hacen pensar, llorar, enfadarnos, discrepar e incluso reír a carcajada suelta. Conoceremos a esos bloggers que nos hacen escapar unos minutos a un mundo donde no existen rescates, ni crisis, ni niños llorando, que nos llevan a un país donde sólo existen letras que dan paso a la imaginación.

Es curioso por que todos partimos ya de una “experiencia” con estas personas. Hay quienes admiramos, quienes nos encantan con su forma de ser escribir, dibujar, twittear y, en general, su ser virtual…y hay quienes con los que simplemente no comulgamos.

Muchas veces “la primera impresión jamás se olvida” pero yo estoy segura que detrás de todo avatar, detrás de cada letra hay mucho más que descubrir.

La primera vez que me desvirtualicé tenía 13 años. Chateaba en aquellos preciosos años noventa por ICQ.  Se organizó una fiesta de chateros y me escapé. Mi madre me pilló y fue a sacarme de los pelos. ¿¡Cómo había ido a una reunión donde no conocía a la gente!?

En esta ocasión es distinta. De cierta manera nos conocemos. Conocemos nuestros puntos débiles, nuestros puntos fuertes, nuestros puntos de la episiotomía nuestras verdades y nuestras mentiras, pero protegidos siempre por el anonimato.

No obstante, mi teoría de la vida virtual es que siempre hay “algo más detrás”. ¿Son acaso los escritores sus propios personajes? ¿Los personajes cobran la voz del autor? ¿Dónde somos más libres, más nosotros mismos?

Será difícil tener tiempo para conocernos 50 personas. Me hace recordar el término de “speed dating”.

¿Tú quién eres?

¿A esto como responderemos? Hola soy la Sardina, soy el Gremlin, la que no tiene nombre, la que ruge, la que hace amigurigumis, la que domina el barrio, la de la peineta, la que es novata, la que es autónoma, la que es actriz, la que entre madres y entre tiempos escribe, el lobo que aulla, el paparracho que no es nadie sin su mamanatas, la Perika que no para de cotorrear en muchos idiomas, la que hace trastadas y no soy contracorriente, la que pertenece al lado oscuro de la fuerza y quiero ganar todo sorteo, la que tiene una bebé con nombre de perfume, la que le gustan las matrioskas, la que es famus y escribe de dramas o sobre el blog de madre que tiene, las que molan, las que son un caos, las que son “manitas” y muy lady, las que que tienen liliputienses y buscan direcciones hacia donde ir, las que tienen duendecillas y saben mucho de la red, las que hacen bizcochos trendys, las que crían, entre rosas y divanes,la que sueñan, las que son wikis, las que se estresan, las que son Yayas y que gozan de mucha o de ninguna preparación,las que son rockers, madres de Lola, Nicolás, tenedor o golosinas, la que son urbanas, las que tiene especies, las que son 2.0 y las que, como casi todas las que asistiremos, ya es mamá y no puede estar sin sus hijos.

Hola…yo soy la Sra. Desmadres o simplemente soy aquella- quizás mi otro yo- la que escribe.

¡Encantada estaré de conocerles!