La primera vez que soñé con él, fue un día después de su muerte. Estaba de pie, a la mitad de la sala de cuero blanco. Se veía confundido pero presente.
Después, como casi todos los sueños sobre tus cosas y sobre ti, la mujer de las distancias. Iba a tu casa y no podía verte, talvez ni siquiera estabas ahi. Estaba él y la casa estaba medio vacía como si se estuvieran mudando, pero estaba todo tan lleno de papeles, papeles burocráticos, él parecía hacer preparativos, era la primera vez que me dejaban entrar a tu casa. Platicaba con él y era amable, recordábamos los viejos tiempos y el tipo de temas que siempre desencadenan de ti. Las dietas, las glorias pasadas y tu temor por tomar riesgos.
La tercera vez soñé que estaba en una especie de ceremonia con toda la gente de mi vida. Yo estaba abriendo un cine o asistiendo a este, los asientos eran blancos y con figuritas como el mobiliario de jardín. Había una estructura extraña con 4 asientos pegados, ahi estaban los cuatro, tu mamá hasta adelante, sentada junto a él que extrañamente emitía una especie de brillo (jaja) y ustedes dos detrás. El estaba fijo, no se podía hablar con él porque era casi una imagen o un holograma, algo, pero era él y estaba grandote y brillante. Este último sueño lo tuve un día antes de que abrieras tu restaurante, el restaurante que tanto miedo te daba abrir y que él quería tanto que abrieras, seguro estará mirando.