LA PRINCESA TRISTE
La princesa está triste, eso lo sabe todo el mundo. El poeta de palacio ha tratado de animarla recitándole un poema improvisado. Un poema sobre cerezos en flor.
Dios mío, le ha dicho ella, ¿no se te ha podido ocurrir algo más trillado? Y es que los poemas sobre cerezos en flor, aclararemos nosotros, están bastante vistos, demasiado, en el Japón.
Lleva cuidado, ha continuado diciéndole, o el emperador te hará ejecutar.
Bueno, ha añadido, hace tiempo que el emperador no manda ejecutar a nadie. Pero lo mismo te llevas una hostia.