La puerta

Publicado el 10 noviembre 2019 por Juank5607 @Juank5607

Hoy he cerrado la puerta.

Llevaba demasiados años abierta.

Como si una deuda del destino fuera, la dejaba abierta, con las llaves puestas y me desentendía de lo que pasara con ella. He pasado demasiado tiempo fingiendo que no me importaba que estuviera ahí esperando a que mucha gente entrara sin llamar.

Lo que jamás intuí fue que detrás de mi puerta abierta había cientos de puertas más con bisagras oxidadas, cadenas y candados que habían perdido sus llaves al momento de sellarse.

Creía que era mi deber dejar la puerta entreabierta, que era mi voluntad permitirles volver a entrar cuando lo creyeran oportuno. Creía que mi malograda buena voluntad era la llave, cuando todos los que se fueron ya habían dado el portazo.

Hay un momento en el que reconocer que no tenemos por qué haber sido importantes para todas las personas que fueron esenciales para nosotros. Es un momento en el que vemos con claridad que, para algunas personas, éramos solo imprescindibles en su momento. Nos necesitaron para conocerse, encontrarse, mirar con otros ojos, descubrir que ya nos lo habíamos dado todo y marcharse.

A veces interpretamos ese lapso temporal como una eterna muestra de afecto y compromiso con lo importantes que fuimos en otro tiempo. A veces interpretamos que es nuestro trabajo seguir con nuestras vidas y dejar la puerta abierta por si acaso, algún día, aquellas personas con las que fuimos relevantes decidieran volver sobre sus pasos.

Hoy he cerrado la puerta. No saldrá en las noticias ni en mis historias de Facebook o Instagram. Sencillamente he cerrado la puerta, como muchas personas lo hicieron hace tiempo y desde entonces esperaba sin sentido que cruzaran el rellano.

Hoy he cerrado la puerta esperando que vuelva sobre sus pasos lo más importante. He cerrado la puerta esperando que no hubiera corriente en el salón, para que abriendo la ventana entrara solo el aire que me falta para recordar quererme un poco más.

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