Antes de tener a B, creía que todas esas ilustraciones de mamás medio maltrechas con habitaciones desordenadas al fondo, eran una caricatura... una exageración de la realidad para sacar una sonrisa, que en el absurdo serviría para subrayar cómo la realidad no es tan terrible.
Leía esas publicaciones sobre el lujo de comer un plato caliente o tomar un baño, y pensaba que sería lo que pasaba con las mamás medio mártires que no piensan en sí mismas.
Pero no. Es tal cual.
Lo escribo mientras caliento agua por tercera vez, aspirando a tomar un café. La primera vez olvidé que tenía el sartén en la estufa, se consumió el agua, se quemó el sartén, y la casa quedó oliendo a "otra de éstas y declaramos desastre".
Silvia Parque