Revista Talentos

La renuncia de los Evocales y otras perlas políticas

Publicado el 30 mayo 2015 por Perropuka
La renuncia de los Evocales y otras perlas políticasPor fin, este viernes se marchó a regañadientes el último de los “honorables” que conformaban el vergonzoso Tribunal Supremo Electoral, que sin duda pasará a la historia por haber organizado contiendas electorales de lo más ridículas y tramposas, con el cometido descarnado de favorecer al partido gobernante. Su montaña de desaciertos, rondando entre la anécdota, la impudicia y la incompetencia pura, derivó en esperpéntico folclore electoral, tanto que hasta los tibios observadores internacionales se asombraron ante el aberrante caso de candidaturas que fueron barridas de un plumazo sobre la hora, en una región opositora para que el oficialismo copara alcaldías y gobernación sin apenas resistencia. Los siete vocales, parecían felices y orgullosos de su faena y, al margen de su desastrosa actuación colegiada, se esmeraron demasiado en querer agradar al amo que los había posesionado. Uno a uno, fueron destacando en hechos puntuales que los retrataron ya sea como ineptos burócratas o serviles simpatizantes del evismo en el común de los casos. Y de qué manera fueron farreándose esa honorabilidad que aparentaban tener al principio de su investidura. A manera de ejemplo recordemos brevemente la sonrojante actuación de estos funestos personajes en su paso por el TSE. La primera en irse fue la presidenta del tribunal, famosa por sus cerquillos (en otras partes denominan flequillos) de quinceañera y por haber aguantado las presiones (violencia política, dice) y berrinches de sus colegas y que recién a última hora reveló como motivo de su renuncia, vamos que ella no comandaba nada, al parecer. El más mediático de todos fue el impulsor de una mascota oficial para el empadronamiento, trayéndose un duende del folclore nórdico y que, según él, representaba la “interculturalidad”, en este país plagado de simbolismo indigenista, nada menos. El vicepresidente del tribunal fue pillado en concentraciones políticas del oficialismo, participando incluso al lado de Evo Morales en supuestas jornadas de instrucción electoral a la población. Una vocal fue denunciada por reenviar tuits en plena campaña a favor de un candidato masista y luego tuvo la infantil ocurrencia de justificarse afirmando que le habían hackeado la cuenta en Twitter. El más festivo de ellos, no sólo acudió a una reunión masista en plena semana electoral sino que bailó alegremente del brazo de señoras uniformadas de azul y al saberse descubierto pidió un periodo de vacaciones para reflexionar largo y tendido. Se descubrió que la más desconocida de todos había sido la chica guapa del tribunal, nunca se le oyó decir esta boca es mía y su papel se limitó a conformar el quórum reglamentario o, lo que es lo mismo, un simple florero. No podía faltar el supuesto indígena que adornaba las conferencias de prensa con sus ponchos multicolores y sombreros de herencia española para mayor contradicción, señalado desde hace mucho como masista ya que fue parte del directorio del vilmente saqueado Fondo Indígena; siendo el último en hacer pública su renuncia dijo que se iba “con el puño izquierdo en alto” (el saludo del masismo), por si alguien dudaba de su militancia.

La renuncia de los Evocales y otras perlas políticas

Mostrando su gran aporte a la democracia boliviana  

Un extraño a la cotidianidad nacional diría que estos funcionarios finalmente tuvieron un poco de dignidad personal al marcharse, ya que la sociedad en su conjunto pedía a gritos su renuncia o destitución, pero hay que desengañarse de inmediato. Ocurre que el vicepresidente de la república les dio un ultimátum hace una semana afirmando eufemísticamente que había “mecanismos legales” para echarlos, o sea mediante el rodillo parlamentario. En resumidas cuentas, el amo los sentenció dándoles papeleta de inservibles luego de haberlos utilizado para sus fines. Pobres ilusos que creyeron que iban a atornillarse al puesto o recibir alguna recompensa por pasarse de comedidos. Hasta un niño seguidor de Los Simpson sabe que el crimen no paga.  Bonus:
  • Fue de película la huida del empresario peruano Martin Belaunde que el pasado domingo se escabulló ante las narices de los policías que custodiaban la casa donde guardaba detención domiciliaria. Belaunde, acusado de corrupción en su país se había refugiado en La Paz, solicitando asilo político que no prosperó y estaba esperando una decisión judicial para ser extraditado al Perú. Como por arte de magia escurrió el bulto de su inmensa figura de 1,90 en la fría noche paceña, al parecer ayudado por los sortilegios de un astrólogo conocido como El Curaca Blanco, autopromocionado chamán que “hace volver al amado por muy lejos que se encuentre”, entre otros atributos de sus extraños poderes. Quiso la amable fortuna que el adivino fuese primo político del peruano, a quien alojó en su casa además de firmar como garante suyo. Ya puede añadir a su frondoso currículo la habilidad de hacer desaparecer personas en un pestañeo; eso sí, sus increíbles dotes mentales no le ayudaron para librarse del arresto, acusado de complicidad junto a una decena de allegados. El esperpéntico escándalo de la fuga ridiculizó una vez más a la “sagrada institución del verde olivo” y, contra lo acostumbrado, costó la cabeza del ministro de Gobierno que hace apenas cuatro meses había jurado al cargo. Retornó a su puesto el anterior ministro, un viejo lobo que al instante movilizó a todas sus tropas por tierra, agua y aire, pues estaba en juego la fe de todo el Estado, dicen. En menos de cinco días, el prófugo fue capturado en tierras amazónicas, cerca de la frontera brasileña, aprovechando que se hallaba empantanado pues se le había acabado el camino, según afirmaron quienes le siguieron el rastro. Al prisionero no le permitieron ni descansar ya que menos de veinticuatro horas después fue entregado en la frontera a las autoridades peruanas, como si quemara peor que una papa caliente. Sorprendió, en todo caso, la severidad de Su Excelencia que sin contemplaciones fulminó al ministro correspondiente, hecho que contrasta con el particular proteccionismo que tiene con otros como el caso de la ministra Achacollo, sindicada por irregularidades y responsabilidad jerárquica en el desfalco del Fondo Indígena. Será que la ministra tiene una influencia paranormal sobre el caudillo o un simple vínculo terrenal como señalan las malas lenguas. Cuestiones de ámbito familiar, me corrige un aprendiz de las artes adivinatorias.

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  • El flamante gobernador del departamento de La Paz, intelectual de origen aymara fue proclamado como el “segundo Túpac Katari” a tiempo que era posesionado simbólicamente según ritos ancestrales. En una ceremonia por demás sencilla y sin invitados especiales, fue galardonado con vestimentas típicas en la localidad de Ayo Ayo, la cuna del insurrecto líder aymara y tótem del indigenismo. A tiempo que le entregaban el bastón de mando, sus correligionarios y pobladores muy emocionados gritaban “Patzi presidente”, suceso queseguramente no fue del agrado en Palacio Quemado y, mucho más, habrá sonado a afrenta que otro indígena le dispute el cartel al Túpac Katari redivivo, Cristo de los pobres, protector de la Pachamama y otros títulos nobiliarios que el infatigable caudillo anda atesorando alrededor del mundo. O tal vez el asunto le parezca poca cosa y le resbale sin más al emperador celestial de las 36 naciones.

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Felix Patzi (centro) siendo aclamado, entre la sencillez del campo


  • Para finalizar, pocos días atrás, el ministro de Educación, quizá el ministro más tecnocrático del gobierno o por lo menos el más discreto en términos políticos, lanzó una fulgurante teoría que tiene visos de verdad irrefutable. En un arranque de rara y serena sabiduría el funcionario sentenció que el embarazo en adolescentes es causado por el reggaetón, entre otros factores como el abandono familiar, y la falta de educación sexual. “Estos temas del perreo tienen letra de sexo explícito” afirmó categóricamente en una rueda de prensa ante el silencio de los reporteros. Remarcó además que, si bien los mayores no podrían darse cuenta, esta música tiene un efecto en los adolescentes.Ya está, el señor ministro dio con el hilo que nos permite salir del laberinto. Habría que prohibir esa musiquilla, según su lógica. No es su culpa que los jóvenes se tomen al pie de la letra aquello de “hacer travesuras”, como reza la letra de una canción de esas.


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