Si echas la vista atrás a aquellos tiempos en los que los primeros libros se vendían en los quioscos y las primeras novelas románticas de autoras como Corin Tellado rompían una monotonía impuesta pero no deseada, comprobarás que ha evolucionado tanto que casi se hace difícil creer que se trate de lo mismo; historias que nacen del corazón, contadas para crear sentimientos y conmover a sus lectores.
Hoy en día es tan inmenso el mar de la romántica que son muchos los subgéneros que navegan en esta, entre ellos: el Chik-lit —también llamado comedia romántica—, historias escritas por mujeres para mujeres. Histórica, la trama se desarrolla dentro de un contexto de la historia determinado (claro, ¿no?). Los barcos piratas, colonizaciones y las localizaciones del Londres Victoriano suele ser los más utilizado, aunque no las únicas. La contemporánea, historias de hoy. Juvenil, las edades de sus protagonistas no superan los dieciocho años. Un nuevo género que brinda más oportunidades de ficción, el New Adult, en el que los personajes no van más allá de los veinticinco años. Hay que mencionar también, la fantasía y lo paranormal en los que el escritor deja volar su imaginación para crear mundos diferentes en los que todo vale. Pero que esto no se preste a confusión, el mayor obstáculo que hay que salvar para que estas novelas funcionen es que sus historias, dentro de su alarde de creatividad, deben ser «creíbles».
Reflexionando un poco llego hasta la pregunta: ¿será que la fuerza de unos pocos puede transformar a todo un colectivo? En este caso, creo que la respuesta está bien clara: sin ninguna duda diría que sí. No en vano, y como respuesta a esta oleada literaria, surgen nuevas editoriales para abarcar este género y/o las grandes crean sellos especiales para él, como es el caso de Titania, de Editorial Urano; Esencia, del Grupo Planeta o Phoebe, de Ediciones Pàmies, solo por mencionar algunas. Tampoco lo es el hecho de que la mayoría de las películas cinematográficas que salen de la Romántica, como es el caso de Querido John, Noches de tormenta, Cuando te encuentre, El diario de Noa... del escritor Nicholas Sparks, son de las más esperadas por sus seguidores.
Si observamos el nombre del autor arriba mencionado, nos damos cuenta de que se tratan de un hombre, no un seudónimo de mujer, ya que también los escritores masculinos entran en este género. Son muchos más lo que forman parte de este gran círculo que cada día es más amplio, como Marc Levy o Federico Moccia, sin olvidarnos del panorama nacional, amplísimo también: José de la Rosa, Álex García, Fran Cazorla, Enrique García, Javier Romero, la lista sería interminable.
Todo esto lleva a pensar que las tornas están cambiando. Ya nadie se esconde para leer estas novelas,
Leí por las redes un artículo (lo que me produjo cierto estupor) en el que mencionaban que el lector electrónico hacía mucho por esta literatura porque la invisibilidad de la portada de la novela en cuestión aportaba la privacidad necesaria para que el consumidor de este género pudiera llevarlo a cualquier sitio sin sentir cierta vergüenza. A ver, ¿vergüenza por leer? Esto me lleva a pensar que todavía hay pensamientos retrógrados en el mundo de la literatura. En cambio, es fácil ver cómo la gente presume de leer Histórica. Pero si como decía al principio, las editoriales apuestan por la Romántica, ¿será porque hay una mayor demanda de este género? ¿Sus consumidores también aumentan? La respuesta es clara.
Por todo lo dicho hasta ahora, puedo añadir que la salud de la Romántica es fuerte y el paso del tiempo junto con las acciones que se llevan a cabo en torno a ella, muy longeva.
«El amor es la fuerza más humilde,pero la más poderosa de que dispone el mundo» Mahatma Gandhi
Y tú, como lector, ¿qué opinión te merece este género? ¿Por cuál te decantas a la hora de elegir un libro?