Revista Literatura

La siega en verano

Publicado el 05 febrero 2012 por Laesfera

De negrita que era parecía que procediera deotras tierras -Parece Chola, murmuraban los residentes. Su cuerpo flacucho semostraba salpicado según en qué días, de unas molestas pupas que encontrabanalivio gracias a los ungüentos que su madre con cariño, empapaba, y depositabaen su frágil figura, una noche sí, otra no.
Carmen fue una niña algo tímida, y pocas vecessonreía. Su pelo negro como la pez, sus piececitos igual de negritos, y entresus labios, perlas blancas parecían sus dientes; algo enjuta, por la escasez dealimentos de una larga posguerra.
En las tardes de verano se formaba un grupo decriaturas que correteaban de un lado a otro, como si supieran que las horas ylos días de juegos infantiles terminarían, y con ellos sus inocentes miradas.

Dando voces se decían unos a otros, -¡la siega,la siega en la era! Acudían en bandadas, como los pajarillos. Los campesinosdispuestos, comenzaban la trilla, tardes calurosas, y cantos de agradecimiento.

Uno a uno formaban una fila, todos querían girary girar subidos en la plancha de madera que con ayuda de los bueyes, formabadiferentes círculos, triturando el trigo. –¡Yo quiero ser el trillique, yoquiero ser el trillique!, chillaban.
Carmen terminaba sentadita y sonriente, admirandocomo luego aventaban la paja, y veía caer el bálago, como una lluvia deestrellas brillantes.
De negrita que era parecía que procediera deotras tierras...Autora del texto: María Estévez

Volver a la Portada de Logo Paperblog