La Siesta.

Publicado el 25 febrero 2013 por Elva

   La siesta era ese momento después de comer en el que el piojo dormía a pierna suelta durante un par de horitas. Par de horas en el que su mamá ,o sea yo, lejos de sentarse a descansar, aprovechaba para hacer todo aquello que con él es misión imposible. Momento en el que aprovechaba para darle rienda suelta a los dedos para que teclearan y teclearan, contestando comentarios, visitando blogs y escribiendo las aventuras de mi comando favorito.  Desde hace meses la siesta se ha quedado como un acontecimiento borroso, como algo lejano, algo que era normal en su momento pero ahora inexistente pero necesario. ¿Necesario?
 ¿Por qué me pregunto si es necesaria?
   Sencillamente, porque a veces la necesito como agua de mayo. Necesito esas dos horas de desconexión. Esas dos horas en el que el silencio se apoderaba de la casa y podía escuchar las noticias, música o simplemente mi respiración. Sin embargo, cual perro del hortelano, es ni un contigo ni un sin ti. Necesito ese ratito pero lo lamento profundamente cuando sucede. ¿Por qué?
   Media hora de placer....media hora de sueño significa ni más ni menos que pilas cargadas durante más tiempo. Y que te den las diez, las once, las doce y a veces, como anoche, la una con él hablando y hablando sin parar en el salón y tú notando que tus ojos se cierran por mucho que intentas evitarlo.
 Dicen los entendidos que un niño entre los dos y los tres años de edad necesita dormir un promedio de entre nueve y trece horas diarias. Ja ja ja...me río de promedios y estadísticas. Mi piojo duerme nueve el día que más duerme, cierto es que yo no necesito nueve horas de sueño y papá piojo tampoco. Pero ahora sueño con dormir ocho horas seguidas un par de veces a la semana.¿Es mucho pedir?
   Ah...he probado a buscar el cajetín de las pilas pero no lo he encontrado.Grrr...a las muñecas las podías desconectar cuando no querías que lloraran, je je je je...Bromas a un lado, aunque mal de muchos consuelo de tontos, no te sientas sola cuando veas que tu peque salta, corre,baila, grita, juega...sin parar y dice adiós a la siesta así sin más. Todas, todas, todas pasamos por ahí. Y si alguna no seguro que se topará con alguna otra maravilla.
Besitos avainillados