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la siguiente revolución

Publicado el 02 julio 2013 por Maslama

la siguiente revolución
son las llamadas clases altas (aristocracia) las capas de formación más arcaica, como vendría a demostrarlo la naturaleza de los fósiles que se encuentran en ellas. En el vasto período primario de la formación social, la sociedad es el producto de unos cuantos elegidos (guerreros, sacerdotes, nobles), bajo los cuales el fondo de humanidad subyacente no es sino una masa amorfa e inorgánica, o mejor dicho, una masa formada y organizada rudimentariamente y agregada en cierta relación de sumisión y dependencia, como un apéndice dócil, a la sociedad de los primeros.
por muchos siglos, la historia social se ha limitado a la historia de los príncipes y los nobles, apenas interrumpida por la alusión a algún movimiento de elaboración orgánica que se sentía «allá abajo». Esta situación de cosas ha perdurado hasta el umbral mismo del siglo concluido.
un tercer estado se había dado ya a conocer, y en principio el primero y el segundo le reconocían. Designábase con aquella palabra al pueblo entero, como clase social. «¿Qué es el tercer estado? ―preguntábase Sieyès en su opúsculo famoso. ―Todo. ―¿Qué ha venido siendo hasta ahora? ―Nada. ―¿Cuáles son sus aspiraciones? ―Llegar a algo.» Todo el mundo sabe lo que ocurrió luego: la Revolución francesa, levantamiento convulsivo, volcánico, de un nuevo estrato social, la clase media, el tercer estado (la burguesía)que se incorpora y sobrepone en el organismo político social.
sin duda la Revolución creyó agotar, con el levantamiento del tercer estado, el fondo de la humanidad subyacente. Siempre ha sido pretensión de las revoluciones atribuirse tales cataclismos, que remueven ―hasta lo más hondo― todo el planeta; cuando en realidad, escribe un autor (Giner), apenas hacen otra cosa que arañar su corteza. Así, el tercer estado, al que Sieyès y sus contemporáneos concebían como todo el resto de los hombres, cuyos derechos habían proclamado, después de la Revolución se segmenta, y mientras una de sus partes se agrega, con el nombre de clase media, al organismo social y le gobierna, otra, con el nombre de clase o clases bajas, quedaba en la situación de que salía la primera.
los que cuando la Revolución vieron elevada su vida fueron, como siempre, los más aptos, los mejor dispuestos para poseer y gozar su nueva condición, en virtud de todos los ejercicios de lucha y de deseo por la misma, personalmente realizados y organizados en ellos por acumulación hereditaria. En tanto, los no dispuestos debían realizar su propia educación para llegar a ello.
más he aquí que, con un siglo escaso de intervalo, se prepara en nuestros días un acontecimiento análogo al que representa la Revolución francesa. El cuarto estado se organiza a nuestra vista en ese movimiento a que llamamos movimiento obrero, del cual la idea complicada que se expresa en la palabra socialismo parece ser la impulsión más fuerte; y es fácil profetizar que en la lucha que tiene entablada con la burguesía, acabará venciendo, como ésta venció a su vez contra el antiguo régimen.

la serie de los estratos sociales no se detiene aquí, sin embargo. El cuarto estado se segmenta y fracciona, como se segmentó el tercero, y deja abandonada una masa de la cual se cree disgregado. He aquí el quinto. Quizá este nombre se creó por primera vez cuando en Norte América se vio cruzar desde el Pacífico al Atlántico, desde San Francisco a Washington, el ejército del hambre, la multitud de pordioseros y gente desarrapada que con este acto de protesta exhibicionista vino a turbar la satisfacción de los partidos obreros gubernamentales, haciéndoles ver que más allá del horizonte en sus miras hay una masa humana que aguarda, colocada fuera de la ley y la comunidad social, la hora en que se acuerden de ella.
(Bernaldo de Quirós y Llanas Aguilaniedo, La mala vida en Madrid, 1901)
ronronea: levina

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