Revista Diario

La silla color verde

Publicado el 03 septiembre 2012 por Laika
LA SILLA COLOR VERDEEra una vieja silla color verde cansada de aguantar las posaderas de sus dueños, amigos, conocidos y demás malas hierbas. Tenia verde la parte superior porque un dia Maria, su dueña, se habia levantado con ganas de expresar su capacidad creadora. Habia buscado entre las latas de pintura una de color verde esperanza, por aquello de que hacia poco la habia recuperado.
En su adolescencia habia hecho sus pinitos en la escuela con los dibujos y tareas que le mandaba Don Teodoro, su maestro. Incluso más de una vez le habia piropeado delante de la clase entera diciendóle que tenia talento. Ella vergonzosa, llena de complejos y con una timidez casi enfermiza, miraba al suelo mientras sus mejillas se llenaban de un rubor favorecedor que no podia evitar aunque tratara de esconderse en un rincón del aula.
Pero pronto dejó los estudios para casarse con un hombre bueno del lugar que la amaba desde siempre. Maria era de una belleza espectacular. De piel blanca y mirada clara, no se sabia muy bien de que color eran sus ojos, pues unas veces se asemejaban al azul del mar y otros al verde esmeralda. Es más, nunca se supo si era de verdad hija de su padre, un labriego tosco de lugar, sin oficio ni beneficio que se habia casado con su madre de la que habia heredado su belleza para salvaguardar su honor, decian las malas lenguas.
Maria, habia sido muy feliz durante años en aquel hogar que habia formado. Pero´Dios no le habia dado hijos y nunca pudo superar aquel trance. Solia al atardecer subir a una colina cercana a su casa y hablarle al viento. Los que la veian cuchicheaban bajito palabras ociosas y rumores maldicentes.
Con el paso del tiempo, se corrió la voz de esquina a esquina, de calleja en calleja, de que estaba loca y hasta huian de su vera al encontrarla.
Un dia se dió cuenta de que el hombre bueno que la habia amado, se habia alejado de ella abandonándola a su suerte y se sintió perdida como antaño.
Subió miles de veces a la colina y seguia hablando con el viento. Hasta que un dia apareció un caminante que venia de lejos y al verla se escondió entre las ramas y pudo escuchar sus palabras doloridas.
Preguntó a los vecinos cual era su historia y al enterarse sintió compasión de ella. A escondidas siguió escuchando sus lamentos durante un tiempo. Y asi se dió cuenta de que se habia enamorado.
Él era un bohemio pintór de fama mundial que agobiado por la vida se habia dado un tiempo de descanso.
El amor se habia encargado de unirlos, o el destino, o lo que cada uno quisiera pensar.
Por eso hoy Maria, ha vuelto a ver la vida de color esperanza pintando la vieja silla de ese bonito color.

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