Después de dar vueltas, vio sangre entre sus piernas. Se duchó y se sentó frente a la pared. Al amanecer salió vestida de cenizas entre las piedras, quería tener la seguridad de estar en el lugar donde otros respiran. Bajó al subterráneo, miró el tren. El peso osciló hacia el término, ella por fin pudo volar.
(Recién pongo este video, pero me gusta la música y fue con ella que escribí esta historia)