Revista Literatura

La tarotista

Publicado el 06 febrero 2019 por El Perro Patricia Lohin @elperro1970
tumblr_onqqdnQMoT1rkroy4o1_1280

(Mis respetos a las tarotistas que hacen bien su trabajo, aclarando que las cartas sobre la mesa las tirás vos.)

Myriam estaba seca. Seco el bolsillo, secas las ganas, seco el corazón.

Aún así juntó los ochocientos mangos que le cobraba una tal tarotista-vidente con chapa de haberle cantado la justa a más de una del barrio.

Llegó a la casucha con nombre de flor en un barrio retirado de la ciudad.

La cita era a las cuatro de la tarde. Se sentó, previas instrucciones de no cruzar las piernas.

La mujer delgada y arrugada como una pasa de uva, miró dentro de un vaso de agua semi mugriento y luego comenzó el despliegue artístico del tarot sobre un mantel de plástico con dibujos de rosas rosas.

Myriam preguntó por el trabajo y por el amor, así tímidamente, como si espiar el futuro fuera algo que los dioses fueran a condenar con alguna especie de vuelto karmático más adelante. Coca le había dicho que fuera, que la vidente era tremenda, y que le iba a levantar el ánimo y las ganas de vivir.

El veredicto duró veinticuatro minutos reloj.

El trabajo estancado. Pérdidas monetarias, que la situación del país, que los clientes, que la mar en coche.

El amor enterrado. Que ese tal Roberto que se estaba acercando tenía otras opciones a parte de ella. Que no estaba decidido ni lo estaría nunca. Que no se enamore, que no sea tonta. Que los tipos buscan lo mismo, que no quieren compromiso, que el resto de su vida será así: mezcla de estrechez monetaria con sequía amorosa.

Myriam salió a la calle con nombre de flor: las magnolias.

Maldijo la hora en la que gastó los ochocientos mangos.

A veces el karma llega más temprano que tarde.

Patricia Lohin

#tarot #cuento #escritora #relatos #amor #trabajo #dinero #blog

Anuncios

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


El Perro Patricia Lohin 400 veces
compartido
ver su blog

Sus últimos artículos

Revistas