Aún a riesgo de que este post no lo lea nadie porque tod@s los que estáis ahí detrás estéis ya de vacaciones (qué envidia! por cierto...), quería enseñaros la segunda tarta de bodas del pasado fin de semana.
Era para la boda de Raquel y Kristian. Raquel se puso en contacto conmigo hace mucho, mucho tiempo, es una chica previsora! Y a lo largo de todos estos meses hemos intercambiado millones de emails!
Tenía claro que quería colores pasteles y con un aire muy romántico. He de decir que la tarta iba acompañada de 120 minicupcakes a juego, pero, lo siento!! ya no pude hacer más fotos...la verdad es que justo me vino para hacer éstas que os enseño, fue un día muy estresante. Recordad que el día anterior se había casado una de mis mejores amigas y también había preparado su tarta de boda!
Raquel me pasó una foto de la tarta que quería y en ella me basé para intentar hacerla a su gusto.
Y parece que lo conseguí porque al día siguiente tenía un email agradeciendo el trabajo hecho y con una foto de los novios cortando la tarta. Cómo me gusta leer esos emails, llenos de alegría y que te recompensan de una manera difícil de explicar.
Así que sin duda, después del estrés vivido, las pocas horas dormidas, el cansancio y el miedo inexplicable que sientes al transportar la tarta hasta una provincia diferente a la tuya, rogando que al abrir la caja no te encuentres el desastre...después de todo y, como siempre me pasa, sientes una felicidad enorme al comprobar que has formado parte, de alguna manera, en el día más especial para dos personas y ésa es una de las razones por las que me gusta tanto esto.
Muchísimas felicidades para Raquel y Kristian, que seáis muy felices!!