La tercera es la vencida... ¿y la cuarta entonces?

Este es mi cuarto blog... de ahí una de mis inconstancias. Los tres blogs anteriores fueron masacrados sin perdón de un sólo click (o dos... la verdad, no me acuerdo). Y ahora, mientras escribo en mi pobre y sacrificada laptop (que acaba de cumplir cuatro años siendo víctima de mis constantes ataques al teclado aunque todavía le tengo mucho cariño), me encuentro observando mi habitación... o antro de perdición. No concuerda con mi papel de hermana mayor. La hermana mayor debería ser la más ordenada, la más ejemplar... sin contar que siempre somos las ratas de laboratorios de nuestros padres. Con el hijo mayor ellos experimentan... con los más chiquitos ya se distienden. Pero, bueno, me encontraba ahora examinando mi cuarto, o mi antro (como le digo a veces) y es como observar un pantallazo de mi vida. Vivo en un noveno piso que resulta ser el último piso del edificio así que no puedo evitar sentirme a veces como una Rapunzel... con la única diferencia de que mi pelo no pasa más allá de los hombros y no existe ningún príncipe azul. Claro, la ausencia de una larga trenza sería un problema para este señor si existiera pero entonces que se esfuerce y trepe por la pared... o suba por el ascensor si no es mucho pedir. Y miro de nuevo mi cuarto (que no se debe parecer nada al cuarto de Rapunzel...). Mi mesa de luz está llena de adornitos  (recuerdos de una tía abuela que viajaba mucho) y que hace como cuatro meses que no desempolvo... lo mismo sucede con el resto de los muebles como mi escritorio, mi cama, mi ropero, y la mesa de la televisión...  Me sorprende que todavía no haya sufrido de asma. Mi ropero parece una licuadora, hace meses que me prometo a mi misma clasificarla pero no hay caso. Mi escritorio está lleno de libros pero no te confundas. No soy muy intelectual que digamos. Los intelectuales leen cuatro libros por día... yo todavía tengo alrededor de una centena que me observa con mirada recriminatoria ya que este verano prometí que iba a leer todo lo que no había podido leer el año pasado pero apenas he tocado una novelita romanticona de esas que lees una vez y ya es suficiente. Estoy a punto de tirar la televisión por la ventana. Esa cajita hipnotizadora se parece a la Cajita de Pandora que contenía todos los males de la mundo. Soy inconstancia... te lo advierto en esta primera entrada. Dicen que la tercera es la vencida... ¿pues entonces que hago con este  cuarto blog?