Si yo pudiera morder la Tierra toda
tal vez me tragaría tanta belleza,
como fiera iría, como loco,
por las mañanas
las grises
las soleadas
sintiendo los crujidos del querer
y sentirle el sabor,
por un momento, a la primavera
que me toque
por todas las noches que me den
para vivirlas
por todas las lluvias que me mojen
cubriendo con soles
los labios que me besen.
Pero no todo es días de sol
y cuando falta la lluvia,
se la pide, porque –en definitiva-
se la extraña,
como se extrañan las montañas
las planicies, las rocas
y las hierbas.
Entonces se nos hace el vivir
como quien vive
el cavilar como quien piensa
el sentir como quien mira
al darnos cuenta que es bello
el morir como la tarde
recordando el poniente
como lo recuerda el día,
y recordar lo bella que es
la noche que se queda
esperando la miel que la
luna vierte.
©® Susana Inés Nicolini
Sue_*
#SafeCreative
(Imagen Arte figurativo. Trabajo realizado sobre óleo de Henry Yan)