de Ángel Gutiérrez y David Zurdo
Tras sufrir un accidente que casi acaba con su vida y que le ha provocado una pérdida total de la memoria, Jack Winger ingresa en una clínica de reposo para recuperarse de las graves secuelas. Allí le explicarán que era periodista de sucesos, que nadie le ha visitado en el hospital y que todos los internos padecen amnesia. Lo que nadie le contará es que todos los enfermos sufren pesadillas recurrentes, sueños terribles que se repiten cada noche. Ni que a veces el enfermero jefe se lleva a un interno al bosque pero vuelve solo, ni que existe una torre cuya entrada permanece oculta y a la que no les está permitido entrar... Con la ayuda de Julia, una joven paciente cuya pesadilla es, si cabe, mucho más terrible que la suya, Jack descubrirá que hay lugares en los que es mejor no internarse, y que algunos secretos deberían permanecer ocultos para siempre.
No sé a vosotros, pero a mí me ha pasado mucho últimamente eso de encontrarme con una novela que ha ganado algún concurso literario y resulta no tener ni de lejos la calidad que debería para haber ganado algún certamen. Reconozco que eso me hizo plantearme si leer esta novela (la sinopsis no me llamaba demasiado), pero al final decidí hacerlo porque mi experiencia con ganadoras del Premio Minotauro siempre ha sido positiva hasta ahora. No me equivocaba.
En la novela tenemos dos historias que se nos cuentan simultáneamente con un punto en común, el personaje de Jack. Por un lado tenemos la historia de su vida cotidiana, en la que está felizmente casado, con trabajo y con hijo... hasta que las cosas empiezan a torcerse y comienza a ver cosas que no existen. Y por otro, tenemos la historia del Jack de la clínica que ya nos adelanta la sinopsis, un Jack que padece amnesia y no recuerda nada de su vida, esa misma vida que nosotros vamos descubriendo poco a poco. Como veis, en la novela se intercalan el pasado y el futuro de un mismo personaje.
La forma de narrar que tienen los autores me ha maravillado. Admito que desorienta un poco al principio, pero, una vez te acostumbras a los saltos en el tiempo, descubres que era la mejor forma posible de contar la historia. Sabemos desde el principio que Jack está en una clínica donde nada es lo que parece, sí, pero, ¿qué le hizo llegar hasta allí? Eso es lo que iremos descubriendo con la otra historia.
Los personajes son otra gran baza de la novela, especialmente el de Jack, protagonista absoluto. No puedo decir más sin caer en spoiler, así que diré también que su esposa, Amy, también me ha gustado mucho, al igual que su amigo policía, Martínez. Julia es un caso aparte... al principio no me caía muy bien, la verdad, pero después ha acabado conquistándome.
¿Mi única pega? Pues bien, el final me resultó poco convincente, motivo por el que no le he dado al libro la máxima puntuación. Si bien es completamente coherente con el resto de la historia, desde mi humilde opinión parece como si a los autores no se les ocurriera ninguna forma mejor de concluir la historia. Eso sí, confieso que sorprendente es un rato.
Advertencia final: esta no es una novela juvenil en absoluto. Hay escenas bastante duras y también hay algo de sangre, aunque sin llegar al gore, por lo que quizás los más jovencillos deberíais esperar un poco si queréis leerla. A partir de los catorce-quince años no creo que tengáis problemas, pero estad preparados para las escenas más durillas.
Para concluir, os dejo con la siguiente frase de la editorial que, por esta vez, se ajusta completamente al contenido de la novela, sin exageraciones, y además resume perfectamente mi opinión: un thriller de terror con una atmósfera asfixiante y una resolución tan sorprendente que dejará con la boca abierta a más de un lector. David Zurdo y Ángel Gutiérrez han conseguido entretejer una trama que atrapa desde la primera página.
Historia:
Personajes:
Estilo: Ritmo: Opinión:Lo mejor:Lo bien hilada que está la trama.Lo peor: El final