La tragedia detrás de la escritura: el viaje silencioso entre el cansancio y la transformación 😟 ✍ 💔

Hoy reconozco que estoy cansada… Quizá mi aparente mirada serena y esa media sonrisa en mis labios no lo reflejan. Sin embargo, siento el peso del cansancio detrás de mis ojos. Sin duda, está ahí… Acumulado a través de cada palabra escrita que hoy lucha por salir. Una vez más escribo desde mi honestidad, desde lo que la escritura siempre me ha enseñado, pero hoy es quizá la primera vez que lo hago sin demasiado entusiasmo. Una de esas, muy pocas, veces donde no hay un propósito claro ni un deseo de seguir las “reglas” básicas de la red social para que llegues, toques a alguien, inspires y puedas ir construyendo una comunidad auténtica y conectada con lo que anhelas y ofreces.
Y es que es así, porque en algunas ocasiones, cuando escribimos, parece que nadie te lee aunque reaccione o te deje algún emoji en los comentarios que te susurra “Ey, pasé por aquí”. Hoy tengo la sensación de que mis palabras se quedan flotando, esperando ser escuchadas, pero a menudo se sienten solas. Y, sin embargo, sigo escribiendo porque en el fondo (y no tanto), la escritura no es para los demás. Es para una(o) misma(o). Es un proceso de conexión interior, un diálogo entre lo que somos y, tal vez, lo que queremos ser… Aunque ya lo somos TODO.
Siento la escritura como un ciclo de muerte, hoy más que nunca, y resurrección (mañana será otro día). Como si cada palabra fuera un último suspiro y, al mismo tiempo, ese empujoncito hacia algo más grande, algo más profundo. Como si en cada texto hubiera una oportunidad de renacer después de una crisis existencial y creativa.
A veces, no hoy, me pregunto si alguien reamente leerá alguna de estas palabras. Y es en esos momentos de duda, tristeza y confusión, donde también me doy cuenta que escribir es mi forma de ser y estar en el mundo, de sentirme viva, de conectar conmigo misma. Y eso, al final, es suficiente.
Escribir es un acto de amor, no hacia el público, sino hacia el alma. Y cuando comprendes esto, lo demás (como dijo EL maestro) se da por añadidura.
¿Has tenido alguna vez la sensación de que, a veces, escribes para el aire? ¿O has sentido que te esfuerzas demasiado por poner nombre a todo lo que sientes? Y entonces se acumula en la garganta eso, el grito ahogado que mata lentamente.
Como sea, escribir o querer y no poder, o tratar de hacerlo con desgana, nos lleva a experimentar una especie de muerte, sin embargo, también he aprendido que lo que escribimos (en el momento que sea) es lo que nos salva.
La escritura puede ser el primer paso hacia tu renacimiento. Si estás lista(o) para comenzar, te espero con el corazón abierto.
Nuria C. Mallart
(Terapeuta del alma a través de procesos de escritura)
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