Revista Diario

La tragedia griega del amor

Publicado el 19 marzo 2014 por Iagovar

Hace poco me dí cuenta, pensando sobre algunos conocidos, leyendo en Facebook y en algunos foros donde participio a gente que escribe sobre sus problemas sentimentales, que soy una persona bastante indolente en ese sentido.

Cuando me gusta alguien, no me corresponde o tengo cualquier problema con esa persona la verdad es que nunca me he sentido deprimido. He sentido quizá cierta sensación de desasosiego, no sabría cómo llamarlo.

Lo primero que me siento invitado a pensar es que nunca he estado realmente enamorado. Sin embargo cuando he tenido pareja he sentido cosas que no siento en otras circunstancias, y con intensidad. De cualquier manera parece lógico pensar que si uno vive con intensidad el amor, debería vivir con igual forma el desamor, solo que en sentido opuesto. Pero a mí no me pasa, la verdad.

Poner toda mi capacidad mental en la comprensión del significado de la muerte fué mucho más traumático para mí que cualquier desamor que haya tenido. Sé que puede parecer algo muy freak, pero lo cierto es que estuve una semana bastante afectado.

Hay problemas que no me afectan a mí de forma particular, sino de un carácter más social, con los que me siento más implicado emocionalmente que con el amor, aunque no afecten a mi estado de ánimo.

No sé si es una cuestión de, podríamos llamarlo, pragmatismo emocional, o qué es, pero lo cierto es que no deja de ser curiosa esta asimetría. Estoy pensando en gente que conozco, y tiendo a pensar que la gente vive de forma simétrica su implicación emocional. El amor y el desamor, la alegría y la tristeza, etc.

Una posible explicación a esto podría ser la edad, sin embargo hay gente mayor que yo, o de la misma edad, que se comportan como he descrito antes, de forma que no parece que tenga mucha relación. Otra posible explicación podría ser que hubiese pasado por muchas relaciones y me hubiese acostumbrado, a las relaciones o al desamor, pero no es el caso. No he tenido muchas relaciones y tampoco sufrido mucho desamor, supongo que soy un tipo normal en ese sentido.

¿Se trata simplemente de indolencia y ya está? Podría pensarse así, pero no he sido siempre así. Quizá podría entenderse que el factor edad, aunque no sea determinante, sí tenga algo que ver. Se debería entonces a un proceso de maduración que haya sido diferente al de otras personas. Si bien es cierto que he tenido mis problemas y vivido algunas situaciones particulares, la verdad es que no logro encontrarles ninguna relación con el amor o el desamor.

Mmm, o sí. Quizá esas situaciones no influyeron en mi forma de entender el amor y el desamor, pero sí influyeron en mi forma de enfrentarme, consciente o inconscientemente, a la adversidad. Y el desamor, supongo, no deja de ser eso.

De hecho, ahora que lo pienso, tiene bastante sentido. Cuanto tengo un problema serio sufro un periodo muy breve de angustia. Puede durarme un día, quizá, pero acabo por aproximarme el problema para tratar de solucionarlo. De hecho, mi reacción habitual ante los problemas es a sentirme molesto porque las cosas no salgan como se supone que deberían, ya sea porque acaban con alguna de mis zonas de confort o porque me obligan a modificar planes o comportamientos adaptados a una realidad que daba por cierta. Joder, leyéndome parezco un robot.

Creo que de momento estoy satisfecho con esta explicación.


Volver a la Portada de Logo Paperblog