La triste balada más bonita

Apareciste sin avisar, como un holocausto zombie con las mismas ganas de arrancarle las entrañas a todo aquel que no fuese capaz de entender tus sueños,lo sentí mientras  pasabas mis manos por tu cuerpo haciendo un mapa de caricias sin retorno. Me contaste cosas del silencio, todas las cosas que siempre has dejado a medias, todo aquello que quedó por decir. Me besaste diciéndome que convirtiese los besos en palabras,que hiciese del camino de espinas la sangre más bonita que pudiese absorber la vida. Pero yo siempre he sido de blanco o negro y me cuesta sentir que unas caricias se pueden teñir de gris para no echarte tanto de menos cuando te marches y vuelvas a aparecer sabiendo que siempre habrá una despedida,sabiendo que nunca podrán llamarnos equipo porque te irás sintiendo que nada es suficiente. También sé que todo esto no terminará aquí, que volverás y que queriendo ser amigos me volveré a enredar entre tus sábanas sabiendo que volverás a dejarme removiendo la marea con las lágrimas que quedarán en la niebla de una sonrisa, que termina cada vez que te escapas de lo único que me hace libre,sentirte.Eres lo que da todo y nada en poco, lo que vuelve queriendo marcharse y lo único que consigue hacerme felizy romperme el corazón al mismo tiempo. Eres como el verano, la estación del año en dónde más sueños nacen y pierden, que más esperanza devuelve y quita, la estación que más esperamos y que más rápido se escapa. Lo peor de verte es no poder odiarte, es sentir que todavía existe algo que me une a ti cada vez que cierro los ojos, y tus labios vuelven a rozarme haciendo de mi cuerpo la triste balada más bonita de dos cuerpos destinados a encontrarse.