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La Última Batalla. Poema de José Senovilla "Bordón de la poesía"

Publicado el 28 febrero 2012 por Sosylos @sosylos
El Peregrino de la blogosfera  ha llegado a esta bendita tierra  cargado de arte, música y un poema   que emborracha a la primavera...  y hasta las saetas quita el sentío.
 El sombrero cae solo y  hasta a la rueca  le hace una mueca  para temblar y vibrar  con coletas de sentimiento bravío.
 Esto es arte, esto es poesía y dejar al tendido con la mirada  muy alta y el rostro encendido.  La pluma baila y los tacones resuenan  en la madera del alma titiritera.
 Amigo José, nos sonrojas,  pues es nuestro arte el que debería visitarte en un museo;  y te disfrutamos al aire libre  en un bosque entre dos ríos.
Que vuelen las palomas,  que resuenen las campanas, que se estremezca el viento.
Ha llegado el maestro...



(Hay regalos que no tienen precio y éste es uno de ellos)  Agradecido por siempre Chema García
La Última Batalla (Poema de José Senovilla, Peregrino de la Poesía) (Intercambio de posts en blogs amigos)

                                       Antes de leer, abajo conecta la música para que suene de fondo
Acorralado con el resultado

la mirada perdida de las palabras sonidos penetrando en el alma.
Serio le decían lo siento así es la vida hoy te ha tocado a ti, mala suerte alma mía haremos todo lo posible le asentía y el mundo, su mundo se caía.
Volvía doblado para su lar cruzó delante de un bello lugar lugar que no visitaba desde la niñez por eso ese día se decidió a entrar y entró haciéndolo con timidez.
Al fondo estaba el altar en un banco una anciana rezaba movía en sus manos cruces esclavas y se sentó y se arrodilló y rezó después, muy poco después se marchó.
Cabeza baja mantenía al caminar aún seguía su regreso al lar, un parque sin niños atravesó y también allí paró y lágrimas derramó.
Sordo sin silencios caminaba iba camino de su lar, ella le esperaba, pero un puente con río dentro cruzaba en esos momentos la corriente le atraía magnéticamente era en esos instantes un demente y no saltó, sí lo atravesó y lloró nuevamente.
Perdió el rumbo hacia su lar ahora caminaba por caminar trataba de digerir su indigesto penar y caminó y lejos llegó, por fin paró estaba en un lugar encantado siempre recordado y abandonado allí yacía su madre, en tierra dorada con mármol blanco adornada.
Clavó sus rodillas de frente al yaciente contó con detalle su desgracia esperando sin consuelo que le hablara y no le habló y él cayó, pero no se levantó, despierto ensoñaba a su madre amada.
Ella seguía sonriendo en su encuentro sabía que así mostraba su lado bello aunque sólo fuera eso, un recuerdo, recuerdo inmortal de amor intenso que le abrazaba con gancho de hierro.
Él sabe que está todo perdido se abraza perdiendo casi el sentido ahora ya no es un niño vivaz que percibía en cada amanecer las rosas, las nubes y los pájaros también tenía entonces abundante su ansia de saber.
Llegan palabras de lecciones aquellas lecciones que tanto le gustaban “la esencia de tu vida vive en tu alma” así con ellas su mamá se despedía recordándole que su corazón, tal como hoy, tal como hacía ahora, confirmaba su promesa a pie de la muerte “más allá, ahí, sí, allí aún mi corazón te hablará”.
La tarde se extenúa y lejos está su lar caminando, camina de nuevo a su hogar, llegó a rezar, llegó a quererse matar, habló con su mamá y ahora su carga, esa carga y ese pesar eran más ligeros ya no lloraba al andar, sus oídos volvían a oler aromas y ruidos de su niñez.
Abre con ganas la puerta, ella le espera, también se espera lo que le cuenta, pero lo que nunca se esperaba fue aquellas palabras valentonas que sin trabar con lloros él esbozó dando a todos una gran lección:
Me enfrento a la Batalla Final no sé si de esta vivo saldré, pero sí te aseguro querida esposa que lucharé, sin Dios en mis filas no puedo pedirle que muera, muera por mí otra vez. Lucharé sin desfallecer, la muerte no se busca, ella te encuentra y en esta batalla el escondite, ese juego que tanto me gustaba, el escondite será mi mejor arma. Encontré sin querer una luz la luz de la esperanza, la luz de las enseñanzas, el camino luminoso, la munición de mi alma. Lucharé a muerte en esta Batalla Final.
A tu lado, contigo, conmigo, con mucho miedo yo te digo que nunca nada estuvo totalmente perdido.
Gracias Chema por dar posada a este viajero y además por ser tan gran persona, tenerte en mi camino es una luz que ilumina mi blogosfera.
José Senovilla  (Autor de Pensamientos JFSBlogopoemas@senovilla_jfs )

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