Revista Talentos
Quedaban dos por sonar y a tu copa le faltaba una, observé mientras mirabais la pantalla. La última empezó a sonar y ya la masticabas. Llegaron las felicitaciones y yo, felizmente triste, disimulaba. Entonces viniste, me besaste y, en el vacío entre las bocas... allí estaba la que me faltaba.