Revista Talentos

La única razón realmente válida para decidir no amamantar

Publicado el 04 febrero 2015 por Sylvia
Estoy muy ilusionada con la idea de amamantar. Estoy convencida de que es la mejor opción para mi hija y para mí, y me preparo para ello en la medida de lo posible. Me gustaría que se conocieran mejor las técnicas para ayudar a que todo salga bien con eso; pero me incomoda que se pueda confundir mi posición, con la del activismo pro-amamantamiento que pretende ordenar "den de mamar", pasando por encima de la libertad de cada mujer, y cegándose ante la singularidad de cada situación personal y familiar. Y es que es muy fácil cruzar la línea entre a) compartir algo que a una le parece bueno, b) sugerir en donde no se ha abierto un buzón de sugerencias, y c) mandar, aleccionar, culpabilizar.
Fui a una clase muestra de un curso psicoprofiláctico. Tocó en suerte que el tema era "lactancia materna". Disfruté mucho: por convivir con otros que esperan bebés, y porque cada elemento nuevo que aprendo viene a integrar mejor el entramado de conocimiento sobre todo esto. La experta era agradable, y el ambiente era mucho más amable que el de las pláticas para embarazadas del centro de salud. Pero hubo una frase inicial que ahora viene al caso resaltar, y es: "todas deberíamos amamantar". Yo la pasé por alto y me dispuse a recibir lo bueno de la sesión. La hora y media siguiente fue de una exposición respetuosa. Pero después de la trabajadora social en el sector público, la duola del sector privado, y algunas mujeres en redes sociales de internet, se me ocurrió que no está de más repetir lo siguiente:
En el mundo libre, amamantar es una elección.
Podría señalar a los millones de niños alimentados con fórmula, que están sanos y felices, pero me incomodaría decirlo sin un dato estadístico, así que mejor me quedo con lo que sé sin lugar a duda: el cuerpo de cada mujer le pertenece a cada mujer, y su cuerpo incluye sus tetas. Incluso desde mi visión, por la que considero que pertenezco a Dios, creo que Él me ha encomendado mi cuerpo, y me ha dado juicio para que decida sobre él. Si una de mis decisiones es "entregar" mi cuerpo, en determinadas circunstancias, por ejemplo, a un hombre, yo lo he decidido. Así también, decido seguir o no, un consejo de una anciana, una indicación médica o una corriente de pensamiento. Así elijo dar de comer a mi hija con mi cuerpo, y así, otras mujeres eligen no hacerlo. A algunas personas se les complica entenderlo, así que se me ha ocurrido una lista de razones por las que es válido decidir no amamantar, además de los casos en que está contraindicado (como cuando la mujer cursa con VIH):
- Porque es muy difícil. La mujer está enferma, o débil, o siente dolor, por lo que amamantar le resulta desagradable, penoso o frustrante.
- Porque no le va bien a su estilo de vida. A la mujer le parece complicado prenderse al bebé adecuadamente, o le resulta mucho más práctico dar biberón, y para ella es importante que su quehacer sea práctico.
- Porque le pesa. La mujer no quiere que sus tetas se caigan, no quiere sentir que es la única fuente de provisión de alimento para el bebé, o no quiere que sea necesario prenderlo a su cuerpo.
- Porque le preocupa. La mujer quiere saber cuánta leche ha tomado la cría, o siente que no la satisface con la leche que produce.
Aunque haya "remedio" o ideas para contrarrestar estas "razones", ningún remedio o idea tiene la menor fuerza ante la única razón realmente válida para decidir no amamantar, que es la estrella de la lista y merece aparecer centrada, para que se guarde mejor en la memoria del lector:
- Porque no quiere.
Todas las otras razones inician por ahí, y tienen la misma validez que "no quiero" a secas. Es la única razón que necesita tener una mujer para decidir no amamantar, y digo "necesita tener", no "necesita expresar", porque ninguna mujer tiene que darle cuentas a los demás sobre sus razones para hacer o no hacer con su pecho.
Claro que vivimos en comunidad: si la suegra hace saber que cree que lo mejor para el nieto sería esto o aquello, seguramente lo dirá porque quiere al nieto (sé que hay suegras brujas, pero es que a mi alrededor veo solo abuelas amorosas, y me inclino por pensar bien). El caso es que yo creo que se puede preguntar y sugerir cuando hay buenas maneras, que se puede hablar de las cosas por convivir, por conocer la experiencia del otro; pero con respeto por la visión, los sentimientos y la decisión que difiere de la propia.
Silvia Parque

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