Magazine

La única revolución posible

Publicado el 05 febrero 2012 por Psicoceibe @alejandrobusto
Por Alejandro Busto Castelli
La única revolución posible
"...En este mar de reflexiones que me acompañan estos días, revuelto y confundido me volví con fuerza a mi revolución particular, allí donde empieza todo, en el principio de las cosas y de la vida.
Esa revolución que no se hace en las plazas y me temo que tampoco en las urnas. Esa revolución en manos de las Madres y Padres que educan y crían hijos que construirán quizá otro mundo posible..."
Hoy 22 de mayo hay elecciones en España. Son autonómicas y municipales. Vamos que son como de cartón piedra, un ensayo de las de verdad.
Es práctica habitual en mí y en mi desencanto, leer programas y propuestas, ver trocitos seleccionados de ciertos mítines, escuchar a los candidatos en las pocas entrevistas que ofrecen, buscar desesperado que alguien me conmueva.
Busco también debates. No pude ver ninguno. No les gustan.
No voy a decir que ninguno, porque es una generalización y por tanto insustancial en sí misma, pero lo cierto es que no escuché ni leí nada de los temas esenciales que entiendo nos afectan como sociedad.
Sobre educación algo relacionado con las aulas de excelencia ¿? y que podamos elegir cualquier centro. Otros dicen que por fin llegará la educación de 0 a 3 para todos. El ministro de trabajo lo tiene claro. Del paritorio al aula. Si señor.
Es una obviedad entonces que sobre conciliación entre nuestra esclavitud moderna llamada por algunos “trabajo” y por los más estetas “carrera profesional” ni una palabra. ¿Para qué? Si con los papeles en el hospital ya nos dan la hoja de inscripción para el cole, no será necesario abrir un debate sobre períodos postnatales como por ejemplo en Chile o en Argentina, donde la demanda se acerca a 6 meses. Nos llegará que nos den media hora para rellenar el papel y ya después eso sí. ¡Les espera de mayorcitos un aula de excelencia! ¡Más madera! ¡Viva el pseudoconocimiento! De educación emocional, de crecer como persona, de ser libre y consistente, de la solidaridad y los valores ya se van a ocupar sus padres.
Bueno algunos porque de nuestros horarios absurdos, únicos en Europa, poco eficientes, antipareja y antihijos, tampoco escuché ni leí una línea.
Lo cierto es que entre todo el teatro político, montado como siempre y para los de siempre en una suerte de Liga de política bicéfala donde ganan unos y pierden otros, para que todo sea igual, se fue colando casi sin darnos cuenta un movimiento ciudadano cuestionador y hastiado, pacífico y ruidoso, que ha confundido al sol y a la luna.
Así que esta semana pasada ha sido ciertamente divertido escuchar el miedo de algunos, el desconcierto de otros y la envidia de la mayoría. Periodistas desenmascarados haciendo alusiones al demonio rojo, políticos desmemoriados recordando la juventud rebelde que les robó el poder y un sinfín de tertulianos cansinos estudiando la noche anterior, para poder opinar en su parcelita mediática de turno al día siguiente.
En no pocas ocasiones en mis talleres y cursos he llamado al cuestionamiento, a preguntarlo todo, a romper con el estatus quo, a no casarse con lo establecido y con lo que parece que son las cosas.
Casi las mismas veces, he aludido a que cuestionar algo,  no es rebeldía y queja sin acción, sin tomar decisiones. Que eso curiosamente nos envenena, nos deja quietos y alimenta el sistema del que vociferamos.
Lo más interesante del desencanto del movimiento del 15M y sus predecesores es la acción concreta de ofrecer un manifiesto con reclamaciones de las que no hace ninguno de los que cobran por hacerlas. La toma de la decisión más difícil, la de estar presente y dar la cara, aunque te la partan por todos lados, llenándote de etiquetas que seguramente los mediocres comprarán para perpetuarse.
Cuando veo y oigo las demandas de Sol, comprendo que este inconformismo social sea percibido como amenazante. Altamente peligroso según algunos, unos antisistema que razonan, se organizan y movilizan a todo tipo de gente y los ponen a pensar.
Pensar es peligroso y si son muchos los que están preocupados.
En este mar de reflexiones que me acompañan estos días, revuelto y confundido me volví con fuerza a mi revolución particular, allí donde empieza todo, en el principio de las cosas y de la vida.
Esa revolución que no se hace en las plazas y me temo que tampoco en las urnas. Esa revolución en manos de las Madres y Padres que educan y crían hijos que construirán quizá otro mundo posible.
La metáfora de las reuniones junto al Sol, me ha conectado con el deseo de que mis hijos crezcan con la fuerza emocional y el criterio suficiente para cuestionarse las cosas, tomar decisiones propias, solidarizarse con otros seres humanos y que les importe muy poco si el sistema los etiqueta y les arrincona por diferentes.
Esta mañana de Domingo electoral, sueño con que cada decisión que su Madre y yo estamos tomando, que cada teta que dimos o damos, que cada noche que dormimos juntos, cada beso, cada caricia, cada lágrima y cada abrazo los acerque un poquito tan solo, a ser los dueños de su vida y de su destino.

Volver a la Portada de Logo Paperblog