Revista Literatura
La Universidad de Zaragoza y Endesa
Publicado el 01 junio 2012 por House
Según leo en la edición digital del zaragozano
Heraldo de Aragón parece ser que la Universidad de Zaragoza pretender salirse de
rositas. Parece ser que la institución académica adeuda la cantidad de más de
dos millones y medio de euros en concepto de suministro eléctrico. ENDESA, en
aras de evitar males mayores, le ha remitido una carta en la que le insta a
hacer frente a esa cantidad de dinero. De lo contrario, el día 2 de julio el
corte de suministro eléctrico será un hecho, con todos los inconvenientes que
de ello pueden derivarse.
Hasta aquí, nada que objetar. La eléctrica utiliza
la misma solución para todos sus abonados, según indican en el escrito, sean
instituciones públicas, privadas y particulares. Y ésta me parece una razón
equilibrada, justa y razonable. Lo decíamos ayer: café para todos.
La universidad intentará aplazar el pago, aludiendo
razones de líquidez. También se comprende si lo contextualizamos dentro del
marco socio-ecónomico. Pero hay un aspecto que nadie puede obviar. ¿Alguien se
imagina los perjuicios que puede originar el hecho de que se corte el
suministro eléctrico? Seguro que el torpe de turno me dirá que no existe
inconveniente porque estamos en época estival. Imbéciles los hay siempre. Los
hubo, y los habrá. Pero dejémoslos aparcados. No sirven de nada, ni siquiera
para molestar. ¿Acaso en la época estival se suspenden todas las
investigaciones que se realizan en el campus zaragozano? ¿Y qué me dicen
ustedes de aquellas instalaciones socio-sanitarias? Y como éstas, podía hacer
muchas más preguntas, pero no es el caso. En resumen, los inconvenientes iban a
ser mayúsculos. Afectarían, además de a la comunidad investigadora y docente, a
los ciudadanos de a pie, que verán cómo determinados servicios se ven
suspendidos por el apagón. En resumen, una imagen vergonzosa la que ofrece la
universidad zaragozana. Claro que este bochorno se extiende cómo el chapapote a
otros centros públicos, dentro y fuera de Aragón.
Y luego nos lamentamos porque nuestros
investigadores hagan la maleta y marchen a otros países en dónde su trabajo se
valore en su justa medida sin que nadie le pongas palos en la rueda; menos
todavía la universidad.
Endesa cumplirá su palabra. La Universidad de
Zaragoza también. Continuará en su burbuja sin darse cuenta del grave daño que
está haciendo al presente y al futuro de la sociedad aragonesa. Pero lo peor no
es esto. Más grave y delicado resulta el hecho de pensar que el futuro
formativo de muchos jóvenes aragoneses está en mano de unos gestores
universitarios que, se supone, tendrán un amplio bagaje cultural y académico,
pero carecen de lo fundamental: respeto a la sociedad en la que conviven amén
de una manifiesta incompetencia para gestionar. ¡Urra por la Universidad de
Zaragoza! Si Miguel Servet levantara la cabeza, seguramente echaría mano de
Ramiro el Monge para resolver está cuestión.