La entrada de hoy no tengo mas remedio que dedicársela a mis abuelos maternos. Por una parte, hablare sobre la venta a plazos, termino que en cuanto lo oían mis abuelos se ponían enfermos. "Si no tienes dinero para comprar algo pues ahorra y ya lo compararas", "¿Como vas a comprometerte a pagar algo a plazos si no has podido ahorrar antes esos plazos cada mes y pagarlo de golpe?". Estas frases eran muy habituales cuando se enteraban que mis padres habían comprado algo a plazos, si ademas tenemos en cuenta que la época de mis padres fue la de la verdadera eclosión de la venta a plazos en España, os podréis imaginar la de veces que oí la cantinela. Pero no es solo ese el motivo, ademas de lo dicho la otra estrella de este artículo es una maquina que fue su compañera inseparable durante muchos años y la que , junto con su esfuerzo, les permitió labrarse un porvenir a lo largo de su vida. Ni mas ni menos que la señorita Singer:
(Ya se que hay fotos mejores por la red, pero esta es la que mas me recuerda a la maquina de mis abuelos).
Pero lo que no sabían mis abuelos es que Isaac Merrit Singer no solo inventó la única maquina de coser que realmente era rentable, si no que fue el gran impulsor de la venta a plazos.
Durante el siglo XVIII varios inventores trabajaron en una maquina que permitiese coser a gran velocidad y con precisión. Singer no hizo mas que perfeccionar los inventos de Walter Hunt (que curiosamente mas tarde fue el inventor indiscutible del imperdible) y Elias Howe. Con este último tuvo una gran batalla legal que le llevó a hacerse con los servicios de Edward Clark, un conocido y avispado abogado. Pero Clark no solo se dedicó a los temas legales, si no que también vio que la gran oportunidad para hacer crecer el negocio era saltar de los grandes talleres de confección y meter las maquinas de coser en las casas, donde muchas mujeres se ganaban la vida con el hilo y la aguja. Pero el problema era el elevado precio de las maquinas, si nos centramos en el público objetivo que buscaba Clark los 125$ que valía una maquina podían suponer casi dos años de sueldo. Pero si que podían pagar una cuota de 3$ al mes. Y así nació la venta a plazos, o mejor dicho el leasing, ya que Singer alquilaba sus maquinas hasta la última cuota que era la opción de compra y el usuario pasaba a ser dueño definitivo. Esto supuso un autentico boom en la venta de sus maquinas de coser y el despegue de I.M. Singer & Co. Despegue que vino en el momento justo, ya que perdió el pleito con Howe y tuvo que desembolsar una fuerte indemnización pero que en ese momento resulto insignificante para los abultados ingresos de la compañía.
Pero no fueron estos los únicos adelantos del tandem Singer-Clark en el tema comercial. También fueron precursores de la venta a domicilio, idearon un sistema que podríamos llamar de multipropiedad para sus maquinas, e incluso publicaron una revista llamada Singer Gazette que distribuían gratuitamente a sus vendedores con información sobre sus productos y trucos para una mejor utilización.
Espero que a mis abuelos allí donde estén les haya resultado interesante esta historia sobre su aliada y sobre sus fobias, como ya dije al principio ¡Va por vosotros!