ELLA
El fleco del chal barría las migas de pan,
cuando ella escribía palabras de viento
y otras derivaciones del río en enero.
Después cerraba los ojos,
como si desmayara doncella tras la lectura del poema,
hasta que él abría la verja del jardín.
de los sonrosados dedos de aurora,
en el oriente el mar de arena limpia los sargazos,
en el jardín ella hace estilizadas y bellas figuras
con su chal en el aire,
danzando como los colibríes
en una esperada primavera,
que les estallará con todos sus colores
a los dos en los labios.