El tiempo pasaba, el final de curso se acercaba y Nuria a pesar de todo quería ir con su clase a disfrutar, así es que se armó de valor y dijo a sus padres que se quería ir de excursión de fin de curso.
Sus padres, contentos por la decisión de Nuria, lo único que le dijeron era que el dinero para dicha excursión, llegaría un poco tarde, ya que no disponían de el, y tardarían un poco en conseguirlo, que se lo dijese a su profesora.
Así lo hizo, y cuando llegó el último día de plazo, dicha profesora la miró con desprecio y le dijo que tenía hasta medio día para pagar, si no, no podría ir.
La niña sufrió toda la mañana, no podía decírselo a sus padres estando en el colegio, salió corriendo al patio en el recreo y se colocó delante de la terraza para que si alguno de sus padres se asomaba, pudiera verla y ella avisarles. Pero no ocurrió.
Tocó el timbre y salió corriendo hacia casa, llegó exhausta por los nervios y por la carrera, entre bocanada de aire, se lo contó a sus padres, estos se miraron y la dijeron que le darían el dinero para pagar la excursión, que no se preocupase.
Por la tarde de vuelta al cole, allí iba ella, emocionada, con el dinero en un sobre, pero con una mala sensación dentro.
Llegó a aquella profesora y le dijo que traía el dinero para la excursión, esta se la quedó mirando y con cara de desprecio le dijo que ya se había pasado el plazo del pago, que ella no iría.
La niña se quedó inmóvil, petrificada, las lágrimas inundaron sus ojos, agachó la cabeza y se fue a clase donde estuvo sin estar.
Cuando volvió a casa, entró por la puerta y le dio el dinero a sus padres:
-Mamá, papá, que lo he pensado mejor, prefiero no ir, así que podemos utilizar el dinero para otra cosa.
Sus padres se miraron, y la preguntaron qué había pasado, por qué no quería ir, y ella se inventó mil y una excusas, no querían que se enterasen de la verdad, no querían que fuesen a hablar con aquella profesora que además era su tutora y la que le estaba haciendo constantemente de menos en el colegio. Además esta profesora era la mujer del director, y se creía la primera dama del país.
Sus padres no se quedaron convencidos y al día siguiente fueron a hablar con dicha profesora sin decírselo a su hija. Mientras en clase, todos hablaban de la excursión, quién dormiría con quien en las habitaciones, o bien que se lo iban a pasar, qué iban a ver... y ella en un lado de la clase, con la cabeza gacha y aguantando las lágrimas.
Al volver a casa, sus padres andaban discutiendo, pero se callaron enseguida al verla entrar, la cogieron y la dijeron que no se preocupase, que se irían todos de viaje en familia, aunque fuese una escapada de pasar un día por ahí, o viajar y dormir una noche en algún lado, pero que ella no se quedaba sin excursión.
Nuria entendía que sus padres intentaban animarla, pero ella quería irse con sus compañeros de clase, aun a pesar de los insultos de fea que alguna vez le soltaba el mismo chico que se reía de sus pañuelos y el que decía que olía mal y se reía con el resto. Ella quería irse con ellos, no sabía por qué, pero quería hacerlo, aun estando sola en alguna habitación, aun no teniendo pareja en el autobús, le daba igual, incluso se encontraba más a gusto así, era su entorno, ella lo dominaba y no entraba quien ella no quisiese.
La niña asintió a la propuesta de sus padres más para que la dejasen tranquila que por buena idea y ganas, y se marchó a su habitación a terminar los deberes.
Su madre, se puso a hablar con la vecina por el patio, contándole lo ocurrido, dicha vecina, su hijo , era además compañero de clase de Nuria, y el asombro al decir que no habían aceptado el pago de la reserva de plaza fue mayúsculo cuando dicha vecina, le confesó que ellos habían ido por la tarde a pagarlo también y si lo habían aceptado.
El corazón de la niña se rompió en mil pedazos, detrás de la ventana escondida, escuchando la conversación, el cuarto se volvió oscuro, grande y lejano.
Se sentó en la cama y entre rabia, decepción, frustración y pena se juró que nunca más nadie le haría daño así.
La niña se creó una coraza impenetrable, para la cual, decían que siempre estaba seria, que era una "borde".
Nuria así lo prefería, nadie se acercaría a hacerle daño si pensaban que era así.
Continuará......