[Una mujer de Diesploot, a las afueras de Johannesburgo, mostrándonos el baño que tiene que compartir con cientos de vecinos más. Foto: Aurora]
Millones de personas viven todavía en Sudáfrica entre chavolas y calles polvorientas. Sin agua corriente, sin luz, sin electricidad. Incluso sin baños.
Gente que construye sus casas con sus propias manos, comprando la chatarra, trasladándola desde el centro de la ciudad a sus barrios. Gente que conserva impoluto su trozo de tierra, que limpia la calle hasta la saciedad y que saca brillo a las piedras de alrededor para mantener la dignidad en medio de la miseria.