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La vida feliz de Francis Macomber, análisis que descubre recursos literarios de Hemingway

Publicado el 11 octubre 2019 por Javier Torres Aguilar

La vida feliz de Francis Macomber, análisis que descubre recursos literarios de Hemingway

Ernest Hemingway es uno de los grandes escritores de todos los tiempos que ha influido en literatos encumbrados como Gabriel García Márquez, quien consideró que el cuento de Hemingway La vida feliz de Francis Macomber es una narración ejemplar dentro del género del cuento. He hecho un análisis de ese relato en busca de los recursos literarios utilizados por el autor. Desarmé la estructura, y di con los trucos a los que recurrió el literato para mantener al lector atrapado en ese texto memorable.
Lo primero es lo primero:

El argumento de La vida feliz de Francis Macomber

Un norteamericano rico contrata a un cazador profesional, Wilson, para matar animales salvajes en la selva africana. Le acompañan en la aventura su bellísima esposa y los sirvientes del cazador, quienes hablan una lengua nativa.

En el transcurso de la caza de un león, al norteamericano, Francis Macomber, le entra tanto el miedo por la presencia de la bestia que, sin saber cómo, se descubre corriendo, el arma en las manos. Esta actitud merece el disgusto de todos: el cazador, los sirvientes y su mujer, Margot, quien, debido a eso, le retira el habla y termina acostándose con el cazador, quien había sido el que, finalmente, mató a la bestia.

Sin embargo, pocas horas después, la dama dice que saber que su marido no es bueno para la caza no tiene importancia. Y, alegre ella, pero molesto su marido, acuden otro día, en compañía del cazador y los criados, a cazar búfalos.

Durante la caza de búfalos, al norteamericano algo le ha sucedido, que ni el mismo sabe explicarlo a qué se debe: ya no siente miedo, al contrario le acompaña una euforia. Y su puntería es tan certera que derriba a un búfalo y le atina a otros dos. De manera inexplicable, la buena puntería y la carencia de miedo del marido, molestan a Margot. Y ella se queda en el automóvil, mientras los demás acuden a buscar a una de las peligrosas bestias heridas. Desde donde está, la dama ve todo: la lucha que sostienen los cazadores contra uno de los búfalos, el cual está a punto de aplastar al marido de Margot; en ese instante, la dama toma un arma del auto, apunta a la bestia, pero con tan mala puntería que la bala penetra en el cerebro de Francis Macomber. Ese es el argumento del relatoY lo recomendable es leer el cuento
.
La vida feliz de Francis Macomber, para entender mejor lo que se dice en este artículo.

Cómo inicia Hemingway el cuento La breve vida feliz de Francis Macomber

Hemingway inicia el relato con las acciones que suceden después del conflicto, como una forma de enganchar al lector, desde las primeras líneas .
Una vez que ya tiene sentado al lector frente a su texto, recurre a la analepsis para establecer el planteamiento y el desarrollo de la historia hasta llegar al nudo.
Muy hábil, el escritor empieza el relato con fuerza. Desde las primeras líneas desliza que algo le ha ocurrido a los personajes:

"Era la hora del almuerzo y los tres estaban sentados, bajo el doble toldo verde, a la entrada de la tienda que usaban como comedor, intentando simular que nada había ocurrido".

Hemingway, ha sembrado el interés en el relato, desde la entrada. ¿Qué es eso que ha ocurrido y que buscan que no salga a flote? Si queremos saberlo, tendremos que leer el relato. ¡Ah, astuto Hemingway!, ha puesto un cebo para el lector. Después de una escena donde platican los tres personajes, el escritor suelta otros datos, que van a aumentar la curiosidad por saber el curso del cuento
La vida feliz de Francis Macomber:

"Media hora antes, el cocinero, los sirvientes, el desollador y los demás criados habían llevado en hombros, triunfalmente, a Francis Macomber, desde el límite del campamento hasta su tienda".

La curiosidad del lector toma otro giro:¿que ha hecho Macomber para que "triunfalmente" lo carguen a la llegada ?

Aquí todavía no asoma el conflicto o nudo. Vaya, apenas, con las pistas que nos da, si intentamos descubrir de qué va a tratar la historia. un dato más para incrementar nuestra curiosidad en el cuento
Son solo expresiones que empujan la curiosidad del lector hacia eso que pasó y que nos va a decir el relato.
Tampoco sabemos, hasta el momento, quién es Macomber.
Y Hemingway, hábil cazador de lectores, no nos lo va a decir así como así. Quiere que lo acompañemos en la lectura, para que lo descubramos.
Por si fuera poco, el escritor suelta
La vida feliz de Francis Macomber.

"[Macomber] se sentó en la cama hasta que llegó su mujer. Ella no le dirigió la palabra [...]"

Qué habrá hecho Macomber para que no merezca una palabra de su mujer, máxime cuando lo han llevado en hombros "triunfalmente" hasta la tienda. Sin duda, algo que a la mujer le duele mucho. Y eso tampoco no nos lo dice, por el momento, Hemingway.

Poco a poco, el escritor nos da más datos del personaje qué habían llevado en hombros hasta la tienda. Lo describe rápidamente, para no perder la agilidad del relato: dice que era un norteamericano que se conservaba en buen estado físico, pero "acababa de demostrar, de un modo bastante público, que era un cobarde". ¡Ah, de modo que es un cobarde el tal Macomber! ¿Pero por qué es un cobarde? Todo eso que queremos saber forma parte de los artilugios de Hemingway para mantenernos en la lectura del cuento
La vida feliz de Francis Macomber, cuyo análisis aquí realizamos.
En el curso del relato, aparece otro elemento: un animal, que al parecer han cazado: "Ya tiene usted su león", le dijo el cazador al norteamericano.

Los trucos literarios que tiene la vida feliz de Francis Macomber

Hay, hasta el momento, cuatro elementos en la historia que obligan al lector a no soltar el cuento:

  • Lo que pudo haberse pasado a alguno de los personajes.
  • Por qué a Macomber no le quiere hablar su esposa, aun cuando lo llevaron en hombros.
  • ¿Y cómo Macomber había demostrado su cobardía? No lo sabemos. Y el escritor no nos lo va a decir fácilmente.

Hemingway solo nos da pistas de lo que pudo haber ocurrido. A través del pensamiento del cazador nos dice que quizá ya hasta los criados conocen lo que ha ocurrido, pues uno de los sirvientes se le ha quedado viendo al norteamericano.

¡Diablos!, ya hasta los sirviente saben eso que nosotros no sabemos. De modo, pues, que tendremos que seguir leyendo.

Y eso que sucedió podría estar muy ligado al animal, ya que Macomber lamenta "mucho lo del león", y le pide al cazador que nadie debe enterarse de "este asunto".
El escritor solo nos sigue dando retazos de información, pues aún no sabemos qué pasó con el león.

Pero, por qué debe quedar en secreto "este asunto". Si ya hasta es posible que los sirvientes lo sepan. Aún no sabemos si esa petición tiene que ver con la cobardía del norteamericano.

Varias incógnitas ha puesto el escritor en la narración, para que sigamos leyendo La vida feliz de Francis Macomber.

En el transcurso del relato desliza otra artimaña para retener más al lector. Nos cuenta, desde la perspectiva del cazador -Wilson- que hay un lío sentimental. ¿A que se refiere? No lo sabemos. Pero lo intuimos: líneas antes la mujer de Macomber -Margot- ha estado un poco coqueta con Wilson. Quizá ha tenido amoríos con el cazador. Y tal vez, para apartarse de "este lío sentimental", Wilson pensó irse, pero al final no se decidió.
En un momento de la narración, probablemente para provocar al norteamericano, Wilson dice que en la selva de África, "ningún hombre blanco huye..."

"-Escapé como un conejo -murmuró Macomber".

¡Umm!, con esta frase quedamos igual; nuestras dudas sobre la cobardía de Macomber persisten: ¿de quién escapó? Mientras leemos
Pistas, solo pistas nos ha dado Hemingway sobre el posible disgusto de Margot hacia su esposo y de la cobardía de este.
La vida feliz de Francis Macomber, nos damos cuenta que Margot en pocas horas ha dejado atrás el desdén que había mantenido hacia su esposo. Mientras estaban en la mesa, deslizó frente a su marido y el cazador:

"-Ya he dejado de pensar en aquello -dijo la joven mientras se sentaba a la mesa-. ¿Qué importancia tiene el hecho de que mi marido no sirva para cazar leones?"

Ah, de modo que su molestia era porque Macomber no servía para cazar. Por fín, Hemingway casi nos aclara el asunto entre el león y la cobardía de Macomber, en este fragmento del relato
La vida feliz de Francis Macomber.

"-Esta noche beberemos champaña a la salud del león -dijo Wilson-; ahora hace demasiado calor para tomarlo.
-¡Oh! El león -dijo Margot-; lo había olvidado.
"De modo que hasta le toma el pelo -pensó Wilson-. O tal vez cree que de esta manera representa mejor su papel. ¿Cómo reacciona una mujer cuando descubre que su marido es un cobarde? [..]"

De modo, pues, que la cobardía de Macomber tiene una relación directa con león. A estas alturas ya se han aclarado dos de las dudas que sembró el escritor en el relato
La vida feliz de Francis Macomber:

    Lo que pudo haber pasado a alguno de los personajes.
Ya sabemos que a quien le ocurrió algo fuera de lo común es a Macomber.
    Por qué su mujer no le ha hablado a Macomber, aun cuando lo llevaron en hombros.

Estaba disgustada al darse cuenta que su marido no servía para cazar leones.

Solo faltan dos elementos que se aclaren en la narración:

  • El asunto total del león.
  • ¿Y cómo Macomber había demostrado su cobardía?

Pero estos asuntos, el literato, astuto, los esconde y solo los revela hasta concluir el primer conflicto.

Cabe recordar que la estructura lineal de cualquier historia es esta:
Planteamiento → Nudo o conflicto → Desenlace

¿En qué parte de la trama inicia el cuento La vida feliz de Francis Macomber?

Hemingway no inicia el cuento ni en el conflicto, ni en el desenlace ni en el planteamiento Digamos que la estructura del relato
¿Entonces, en qué parte inició el relato?
Principia el cuento con las acciones que suceden un poco después de concluir el conflicto. El nudo acaba cuando el cazador da muerte al león, mientras que Macomber se descubre corriendo, el arma en la mano, ante el miedo que le produce la cercanía del animal.
La vida feliz de Francis Macomber es así:

La vida feliz de Francis Macomber, análisis que descubre recursos literarios de Hemingway

Pero ya cuando nos esclarece esas dudas y muere el primer conflicto de la historia, Hemingway planta otro nudo en el relato, lo cual hace que continuemos en la lectura.
Como trucos literarios para mantener y incrementar el interés en la lectura de este cuento, Hemingway armó tres nudos o conflictos principales de la historia:

  1. El miedo y peligro que representa para Macomber cazar un león.
  2. La posibilidad de que Macombe realice una acción vengativa contra su mujer o el cazador.
  3. La ferocidad del búfalo herido.

La parte donde se conoce por qué Macomber es un cobarde


Ya que Hemingway tiene, mediante sus trucos, agarrado al lector, para aumentar el interés en la lectura del cuento La vida feliz de Francis Macomber, recurre a la analepsis -en cine se llama flashback-, para, ahora sí, contar el planteamiento.
Como sabes la analepsis consiste en interrumpir la línea temporal del relato para narrar hechos del pasado.
Es a través del recuerdo de Macomber que el literato nos da a conocer el planteamiento de la historia.
La analepsis se gesta así en el relato que nos ocupa: El norteamericano, 35 años, bien dotado físicamente, acostado se acuerda del miedo que había sentido frente al león y eso le da pie al literato para narrar, ahora sí, el inicio de la historia.

Planteamiento del relato La vida feliz de Francis Macomber

A través de las rememoraciones de Macomber sabemos que el relato trata de la caza de un león que se propone hacer Macomber y los hombres que ha contratado. También nos enteramos del miedo que le producen a Macomber los rugidos del león.

Conflicto en La vida feliz de Francis Macomber

El conflicto en el cuento La vida feliz de Francis Macomber se empieza a gestar desde el momento en que Macomber escucha los rugidos del león y le causan tanto miedo. Se empieza a tensar el nudo cuando, desde el auto, Macomber oye muy cerca el sonido de la bestia.

Pero el conflicto se acrecienta en el momento en que Wilson ordena bajar del auto a Macomber para atacar al león, que estaba a unos 75 metros.

El lector sabe ya que Macomber tiene miedo al león, que le tiemblan las manos al oír sus gemidos; también sabe que un león furioso puede atacar a quien tenga al alcance. De modo, pues, que existe el riesgo de que el león se lance contra Macomber.

Pero aun con ese miedo que le hace temblar las manos, el norteamericano logra herir al león, que, furioso, se ha escondido en la maleza; de acuerdo al conocimiento de Wilson, en ese estado, el animal está preparado para atacar a cualquiera que esté a su alcance.
A Macomber el miedo le sale por las palabras y le dice a Wilson que lo mejor sería dejar al león y ya marcharse a casa. Esto enfurece a Wilson y le dice que puede retirarse si lo prefiere, y que él acabará con la bestia, que para eso ha sido contratado. Pero Macomber, aun con miedo, decide ir a buscar al león a la maleza. Va atrás de Wilson, como este se lo ha ordenado. Este es uno de los momentos más álgidos del conflicto, ya que existe el riesgo de que el animal ataque a cualquiera de los humanos.

"[El león] oyó hablar a los hombres, mientras esperaba preparándose para atacar tan pronto como los hombres llegaran al límite de los pastos".

Antes de concluir este conflicto, por fin sabemos, de manera clara cuál era la molestia de Margot contra su marido y por qué se había catalogado a Macomber como un cobarde:

"Macomber oyó el gruñido quejumbroso [del león] y vio el movimiento rápido de la hierba que abría paso. Y de pronto se encontró corriendo, en plena carrera salvaje, desatinada, llena de pánico, hacia el claro, hacia el río".

Mientras Macomber corría, Wilson daba muerte a la bestia.

"Macomber, solo, en medio del claro, con su fusil cargado en las manos, mientras dos hombres negros y uno blanco le miraban con desprecio, supo que su enemigo estaba muerto".

Después, Macomber se dará cuenta que su mujer lo ha visto todo: cómo él corría asustado con el fusil en las manos y cómo Wilson acababa con el animal. Este conflicto ha terminado. Pero la narración de
La vida feliz de Francis Macomber no concluye aquí.
Podría haber terminado aquí el relato, y el lector se hubiera sentido satisfecho.
Pero el escritor lo llevó más allá, hasta concluir con un final inesperado.

Otra historia y otro conflicto en el cuento La vida feliz de Francis Macomber

El segundo conflicto:

Para lograr nuestra atención en el resto del relato, una vez que el león ha sido asesinado y Macomber exhibió su cobardía, el literato poco a poco introduce otro conflicto en el cuento: leemos cómo la esposa de Macomber admira al cazador y cómo le ha dado un beso en la boca a este, ahí en el auto, mientras su esposo miraba cómo los nativos desollaban a la bestia, que él no había sido capaz de enfrentar y que le había producido ese miedo que lo llevó a mostrar su nulo valor ante el peligro de muerte.

A partir de ahí, Hemingway introduce otra historia en
La vida feliz de Francis Macomber: la de las infidelidades de la esposa de Macomber.
Y los datos que nos ha dado nos llevan a sospechar de una traición amorosa de la que es objeto el norteamericano.
Más adelante el literato nos muestra el momento en que Macomber se da cuenta que Margot, su esposa, en la noche, ha estado ausente durante dos horas; sospecha de una traición y la encara:

-¿Le han cambiado el nombre? ¡Eres una cualquiera!

Y a un nuevo conflicto -el segundo- está instaurado en el relato La vida feliz de Francis Macomber. Y seguramente el lector querrá saber cómo acabará esto, aunque el escritor nos ha dado información de que el matrimonio de Macomber y Margot en varias ocasiones estuvo a punto del rompimiento y nunca ocurrió; es más, en la sociedad existía la sensación de que ese matrimonio nunca se deliuría, pese a a todo.
Macomber se siente herido por la infidelidad de su mujer: pero más que herido siente odio contra el que ha mancillado su honor:

"Antes del amanecer, los tres se hallaban sentados ante la mesa del desayuno y Francis Macomber supo que el odio que sentía por Robert Wilson superaba al que había sentido por todos los hombres que había odiado en su vida".

El escritor ahora ha deslizado que Macomber podría tomar venganza, que algo podría hacer, ya sea contra su mujer o contra Wilson. Esto nos mantiene en la lectura del texto.
Y con ese presentimiento, de las acciones vengativas que podría hacer el norteamericano, seguimos la lectura hasta donde los tres acuden a la caza de búfalos.
Hemingway refuerza una posible acción vengativa de Macomber . Relata que m ientras iban en el automóvil en busca de los búfalos, Macomber iba a atrás del asiento, pero el cazador en la parte delantera. Y Wilson piensa:

"Espero que a ese estúpido no se le haya metido en la cabeza la idea de saltarme la tapa de los sesos".

Seguimos la lectura obligados por alguna acción que pudiera hacer el norteamericano contra sus acompañantes.

Y el literato nos lleva, con ese presentimiento, hasta el lugar donde Macomber, totalmente transformado -el miedo lo ha abandonado- derriba dos búfalos y hiere a uno más.
Curiosamente, a la mujer de Macomber esto le molesta:

"-Te has hecho terriblemente valiente y de un modo demasiado repentino -dijo su mujer con desprecio, pero con un desprecio que carecía de seguridad. Tenía miedo, miedo de algo".

Aquí otra vez, el escritor refuerza la posibilidad de una acción vengativa de parte de Macomber. Y nosotros, cautivos de los cebos literarios de Hemingway, seguimos leyendo hasta llegar al desenlace de La vida feliz de Francis Macomber.
Creemos que el final podría llegar cuando Macomber cometa un acto vengativo.
Pero en el transcurso del relato, durante la casa de los búfalos, aparece otro nudo -el tercero- y presentimos otro posible desenlace terrible: que el búfalo que está herido, y al cual se proponen ir a buscar en la maleza, el cazador y Macomber, ataque de manera mortal a cualquiera.
A través de uno de los personajes del cuento
La vida feliz de Francis Macomber, Wilson, conocemos el peligro que corre tanto el cazador como el norteamericano:

"Cuando el búfalo arremete, lo hace con la cabeza en alto y en línea recta. Las protuberancias de donde salen los cuernos lo protegen contra cualquier disparo en el cerebro. Los únicos tiros eficaces son los dirigidos al hocico, al pecho o, si está un poco de lado, al cuello o las paletas. Cuando está herido le invade un furioso deseo de matar. No le conviene [ -le dice a Macomber-]ensayar ninguna otra especie de puntería. Dispare donde sea más fácil"

Y los dos hombres, acompañados de los sirvientes, van en busca de la bestia; la mujer de Macomber se ha quedado en el coche, el fusil al lado, "mirando intensamente" a su marido. El desenlace de
Es casi el final. Y el lector tiene la sensación de que la bestia podría matar a alguno de sus atacantes.
Pero ya en el momento más álgido, la atención del lector está con Macomber, quien dispara a la bestia que la tiene casi encima de él. Creemos que va a morir el hombre.
Y sí. Eso sucede. Pero ha caído abatido por un disparo que ha hecho la mujer contra la bestia, desde el auto, pero le ha dado al hombre.
Nos ha obligado Hemingway, con todos sus trucos literarios, leer todo el texto.
¿Pero realmente la mujer erró el tiro? ¿O lo hizo a propósito para librarse de Macomber?
La vida feliz de Francis Macomber ha sido sorpresivo. El narrador omnisciente claramente dice que el disparo lo hizo la mujer hacia la bestia:

"Y, cuando parecía que el animal iba a herir con sus cuernos a Macomber, su mujer, desde el auto, tiró al búfalo con el "Mannlicher 6'5", pero alcanzó a su marido, más o menos a cuatro centímetros y un poco hacia un lado de la base del cráneo".

Sin embargo, al final persiste la duda de que la mujer haya matado intencionalmente al marido.
La sospecha de que la mujer haya dado muerte de manera intencional al hombre es inducida en el lector por uno de los personajes, Wilson, quien luego del suceso le dice a Margot:

"-Muy interesante; muy interesante -dijo con voz monótona-. Él también te hubiera abandonado".

La mujer le pide que se calle, pero él insiste:

"Pero ¿por qué no lo envenenaste? En Inglaterra lo hacen así..."

El escritor nos ha sorprendido con el desenlace.
Y el final lo ha dejado a la interpretación del lector, con las pistas que nos ha dado a lo largo del texto.

La tensión narrativa

Hemingway magistralmente logra una tensión narrativa desde los inicios del cuento, a través de las pistas que suelta a cuenta gotas.
Esta tensión sube de tono, cuando, desde la visión del norteamericano, conocemos del miedo que siente este hacia el león y, después, del peligro real que existe de que el animal ataque a cualquiera que intente acercarse a su territorio que la bestia ha delimitado.
El punto más álgido de la tensión narrativa se ubica, como debía ser, en los momentos en que el león está listo para lanzarse contra cualquiera que se le acerque.
Posteriormente, cuando el cazador da muerte a la bestia, hay como un descanso en la tensión, pues el literato nos cuenta la historia de los amores convenencieros entre Macomber y Margot.
Y, después, la tensión empieza a subir de nuevo, cuando el norteamericano descubre que su esposa no ha estado durante dos horas en la tienda, en la noche, mientras está en vela ese tiempo; las sospechas del hombre de que ella se ha acostado con el cazador, elevan la tensión y ya no baja hasta que cae muerto Macomber por la bala que ha disparado su esposa.


Este relato, tiene un narrador omnisciente, en tercera persona, con la peculiaridad de que, en algunas partes, la narración se hace desde el punto de vista ya sea de Macomber o del cazador.

En la analepsis, los hechos los conocemos a través de la visión de Macomber. A través de este personaje conocemos el planteamiento y gran parte del desarrollo de la historia.
En otras partes del relato, hasta el león tiene sensaciones: siente odio contra los cazadores. El escritor ha resaltado, además, cómo la bestia planea atacar.
En la escena donde el león, herido por las balas, huye a esconderse de sus atacantes, Hemingway escribió:

"Tenía los flancos húmedos y ardientes y las moscas se acumulaban en los pequeños orificios que las balas habían abierto en su tostada piel. Los grandes ojos amarillentos se entrecerraban de odio. Miraba rectamente hacia delante, parpadeando sólo cuando notaba la punzada violenta que le producía la respiración. Clavaba profundamente las garras en la tierra blanda. Todo en él: el dolor, el malestar, su odio y toda la fuerza que le quedaba se endurecían en una absoluta concentración para la embestida final. Oyó hablar a los hombres, mientras esperaba preparándose para atacar tan pronto como los hombres llegaran al límite de los pastos".

El escritor ha narrado parte de la historia desde la visión del león, para acrecentar más la tensión del conflicto.

En la historia de las infidelidades conyugales de Margot, el narrador omnisciente nos da a conocer lo que piensan cada uno de los personajes.

"Antes del amanecer, los tres se hallaban sentados ante la mesa del desayuno y Francis Macomber supo que el odio que sentía por Robert Wilson superaba al que había sentido por todos los hombres que había odiado en su vida".

En el párrafo anterior, está la visión de Macomber. Y en el siguiente fragmento de
La vida feliz de Francis Macomber se puede observar el pensamiento del cazador y del norteamericano:

" -¿Durmió bien? -preguntó el cazador con su voz gutural, mientras encendía la pipa.
-Maravillosamente -replicó el cazador blanco. "Bastardo -pensó Macomber-. ¡Insolente bastardo!"
"Ella lo despertó al entrar -pensó Wilson, mirándoles con sus ojos fríos y penetrantes-. Y bien; ¿por qué no la cuida? ¿Quién cree que soy? Que la obligue a quedarse donde le corresponde. ¡La culpa es suya!"

Se nota, de manera clara, cómo el narrador omnisciente conoce los pensamientos de cada uno de los personajes.
En la narración aquí analizada, el escritor ha contado la historia desde las visiones de tres personajes -el cazador, Macomber y el león-,como un recurso para acrecentar el interés en el relato, y aumentar y sostener la tensión narrativa.

Últimos comentarios

Este análisis del cuento La vida feliz de Francis Macomber se ha centrado en los recursos literarios, así como en las artimañas utilizadas por el escritor Ernest Hemingway para atrapar el lector y no soltarlo hasta que haya leído el texto.
Hay otros elementos que escaparon en este análisis como la caracterización de los personajes y los diálogos de los mismos en el relato.
Con el análisis de la estructura de este relato, sin embargo, quedaron al descubierto los principales recursos narrativos utilizados por Hemingway en este memorable cuento.
Desde luego, habrá quienes encuentren otros recursos literarios que el escritor Ernest Hemingway utilizó en dicho cuento. Y, también estoy seguro, que algunos pudieran estar en desacuerdo con lo vertido en este artículo. Así que bienvenida la crítica.


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