"la vida imposible" - eduardo berti

Publicado el 15 junio 2011 por Javierserrano

Relatos incluidos en el libro de Eduardo Berti "La vida imposible" (Editorial Emecé)
TIRO EN LA NUCA
La silenciosa práctica del tiro en la nuca tiene, por supuesto, leyes rigurosas. Su territorio son los autobuses ciudadanos. El matador debe escoger un hombre para nunca moverse del asiento a sus espaldas. Sólo una cadena de casualidades hace posible la así llamada “situación de disparo”, que ocurre cuando el matador queda sentado tras el último viajante. Los choferes son cómplices, fingen que nada ven, pero en el fondo alimentan el olfato de los matadores que adivinan quién será el último que querrá descender. Raramente se oye el disparo: son demasiadas las casualidades requeridas. Por eso es que bajamos tantos vivos del transporte público.
UNA CRIATURA DEL PASADO
El bisabuelo de mi amiga T., al cumplir los noventa y cinco años, empezó a hablar en pretérito. Decía “fui al baño”, se incorporaba e iba. Decía “me fui a dormir”, se incorporaba e iba derecho a la cama. El anciano, afirma mi amiga, había cobrado entera conciencia de que no era sino “una criatura perteneciente al pasado”.
POR APROXIMACIÓN
Antes de cruzarme con algún conocido al que no he visto por años, los días previos empiezo a encontrarlo por aproximación. Esto significa que dos días antes me cruzo por azar con un extraño que me recuerda vagamente a este conocido, y horas más tarde, o un día después, vuelvo a cruzarme con otro extraño todavía más parecido a este amigo que anuncia así su reaparición.En ocasiones la aproximación es breve: una o dos caras similares y por fin el sujeto original. Pero en otras oportunidades la cadena se prolonga a tal punto que los eslabones finales, me refiero a los últimos transeúntes desconocidos, en la práctica resultan casi idénticos a aquel querido amigo. Varias veces he llegado a saludarme con uno de estos sosias. Otras he inferido que en verdad se trata de quien pienso, sólo que ya me ha olvidado o finge no reconocerme.
MATERNIDAD
Hace poco más de un año que las mujeres de cierta aldea rusa dan indefectiblemente a luz animales mamíferos en vez de niños. Superada la sorpresa, resignados a esta realidad todos los pobladores, a la pregunta “qué ha sido ¿una niña o un varón? sobrevino otra que apunta a averiguar la clase de animal que ha sido alumbrado, si perro o tigre, si gato o chimpancé. Las mujeres más envidiadas del pueblo son aquellas que paren algún animal doméstico, ya que sólo ellas -se estima- podrán desplegar sin mayores peligros todo su instinto materno.