-Lo sabía.- De una patada en el costado Patricia intenta despertar a Francisco sin obtener ningún resultado, sólo faltan dos horas para que el hijo de los dos salga del centro de rehabilitación y el psicólogo les ha recomendado que fuesen juntos a recogerlo. Llevan años separados pero los últimos acontecimientos con su hijo les ha hecho volver a tener una relación que aunque no es cordial es casi diaria. Abatida y sin saber que hacer, Patricia deja el bolso en medio de lo que debería ser una mesa y se lanza al sofá, no la importa que esté sucio, está agotada y no puede más. Derrotada, esa es la palabra que mejor la define, a sus treinta y cuatro años conserva la belleza de cuando tenía dieciocho pero la vida que vivió junto a Francisco ha hecho de su mirada la de una mujer anciana y la vida tras él ha acabado por apagarla. Salta de trabajo en trabajo sin ser reconocida y eso que tiene más preparación y cualidades que la mayoría de los jefes que ha tenido, eso ha acabado por eliminar todo rastro de la mujer competitiva que era sólo hace unos años, cuando se quería comer el mundo y estuvo a punto de lograrlo cuando su propia empresa de publicidad fue contratada para la realización de la campaña publicitaría de una de las grandes marcas americanas de deportes. Sentada en el sofá mirando el hombre más importante de su vida recuerda cómo meses después de firmar con esa empresa todo se fue a la mierda, una catástrofe tras otra. Dentro de su empresa hubo gente que empezó a abandonarla pero llevándose las manos llenas de información del negocio, eso hizo que la empresa americana agotara la confianza y rescindiera el contrato. Después de meses de centrar los esfuerzos en una sola cuenta hizo que su agencia quedara en números rojos y lo que era una empresa con futuro cerró las puertas y con ellas los sueños de Patricia.
La vida soñada
Publicado el 04 abril 2011 por Julio-Lo sabía.- De una patada en el costado Patricia intenta despertar a Francisco sin obtener ningún resultado, sólo faltan dos horas para que el hijo de los dos salga del centro de rehabilitación y el psicólogo les ha recomendado que fuesen juntos a recogerlo. Llevan años separados pero los últimos acontecimientos con su hijo les ha hecho volver a tener una relación que aunque no es cordial es casi diaria. Abatida y sin saber que hacer, Patricia deja el bolso en medio de lo que debería ser una mesa y se lanza al sofá, no la importa que esté sucio, está agotada y no puede más. Derrotada, esa es la palabra que mejor la define, a sus treinta y cuatro años conserva la belleza de cuando tenía dieciocho pero la vida que vivió junto a Francisco ha hecho de su mirada la de una mujer anciana y la vida tras él ha acabado por apagarla. Salta de trabajo en trabajo sin ser reconocida y eso que tiene más preparación y cualidades que la mayoría de los jefes que ha tenido, eso ha acabado por eliminar todo rastro de la mujer competitiva que era sólo hace unos años, cuando se quería comer el mundo y estuvo a punto de lograrlo cuando su propia empresa de publicidad fue contratada para la realización de la campaña publicitaría de una de las grandes marcas americanas de deportes. Sentada en el sofá mirando el hombre más importante de su vida recuerda cómo meses después de firmar con esa empresa todo se fue a la mierda, una catástrofe tras otra. Dentro de su empresa hubo gente que empezó a abandonarla pero llevándose las manos llenas de información del negocio, eso hizo que la empresa americana agotara la confianza y rescindiera el contrato. Después de meses de centrar los esfuerzos en una sola cuenta hizo que su agencia quedara en números rojos y lo que era una empresa con futuro cerró las puertas y con ellas los sueños de Patricia.