Bajo una alharaca de palabras, que se llevará la lluvia, como lágrimas en el tiempo, añadiendo a Kübler-Ross.
Acabo de llegar como una sopa, me encanta mojarme, (cualquier día me parte el rayo) sólo que ahora me lo tienen prohibido, no puedo ni cogerme un resfrío, y ya ves, soy una cretina porque no le hice nunca a nadie ni caso inclusive poniendo en riesgo mi propia vida como en Palestina, en Túnez, en México y en... la lista es larga.
Primeramente y tanto dentro como fuera, todo está basado en uno/a. Hasta el amor (que no es más que una trola más, perdón si estoy hiriendo sensibilidades). Yo te quiero hasta que dejes de quererme. Cuando dejas de quererme, o me dueles, el otro ya no importa, sólo importa el yo, el ombliguismo, el ego maltrecho y abandonado, el otro es una excusa para soportar el dolor y enviarle remitentemente nuestra/mi frustración con órdenes como ésta: "Tú mismo!!!".
La sangre está donde hay vida, y aunque alterada, es roja, y brillante, y escandalosamente apasionada, es llamativa, tanto que asusta, que hace temblar hasta la carne más trémula. La sangre ejerce ese innato poder de envolvernos, y es que va y nacemos ya con ella en la piel, resbalándonos, corriéndonos por las venas y atados a un cordón que nos cortan y nos ata a nuestro propio ombligo, de ahí al ego... un paso.
El yo, individuo aislado e independiente al nacer, y tan necesitado de todo y dependiente al mismo tiempo, de leche, de cuidados, de aprendizajes constantes. Y es que somos eso, sin más. No le busquemos más dioses a los cuatro gatos que somos.
Y es que hoy me llama la sangre, esa vida que cuando me duele una articulación se rebela y pide besos, aire, fuego, agua, pies anclados a la tierra, los cuatro elementos que resucitan, que recomponen puzzles, y el amor, y los mil perdones, y algún Judas, sí, hasta un Judas, que si me muriese hoy me quedaría con las ganas de mirarte un día a los ojos, y besarte con las pestañas, o de dejarme un buen sabor de boca para el final, o el de abrazar a quien le toque y besarlo como Ilsa lo hizo con Rick oyéndote decir que siempre nos quedará París, comerme esa manzana que lleve el fruto de todos los pecados en una habitación que lleve por número un 69, y reírme perdonando de una vez por todas y de una y con un amén todo lo que haya que perdonar (propio y ajeno) saltar por los tejados, andar de puntillas por las barandillas del Pont des Arts, besar a todos los mendigos del planeta, compartir besos y vasos de tequila con los indigentes y todos los inmigrantes, bailar un swing, un twist, o una de esas lentas pegadita a una mejilla sonrojada que como la mía, pide que bailemos pegados, si no no sería ni bailar, y el todo bajo la voz tenebrosa de Sergio Dalma (sintiéndonos horteras a más no poder) o bajo un pasodoble (como dos tontoelhaba), o un rap alucinante bajo las pintadas alucinantes de Basquiat y Soprano, o una rumbita catalana mientras el Gato nos lame la puntita de los pies bajo una Luna Brava, barco cielo y olas, y todos gitanitos y morenos (aunque va y sea mentirita de la buena) y mientras la bola de diamantes gire y gire ante el polvo estelar de la sencillez de sentirse vivos, como en aquellos 70, y su legado cunero cuando Joplin moría, y nosotros apenas aprendíamos a decir yeahhh call me baby. Intentar no romper la magia (que escasea y es muy cara). Que con la vida hay que ponerse chulo/a y reclamarle, reivindicarle y exigirle cada día un beso, una sorpresa con confeti y champán del bueno, una cajita de música con su bailarina incluida, un amante de los de antes y el de ahora, un paseo por el dobladillo de una falda con los dedos nerviosos del quinceañero, o la huella de un carmín casi insultante en el cuello de una camisa de caballero recién estrenada, una guirnalda en el pelo, un flequillo punk, un pendiente en el ombligo, mi tatuaje de alas libres donde sólo tú sabes ;), despojada de mediocres, de necios, chorlitos y zafios (que para eso ya estoy yo solita, y me sobro y me valgo) y pintarla con seres que valgan el minuto de este tiempo que estamos perdiendo, y salir a buscarla, que no llegan solas las cosas, que esto de vivir no es llegar y besar el santo, que todo lleva su tiempo, pero que ese tiempo hay que vivirlo y ya, sin demoras (y soy cada vez más consciente) como si fuese el último, y no es que me crea especial, pero sí, y rodeada de gente especial, con la que ya sólo comparto mi mismo ADN.
Que sí, personas, que hay que devorar, ser un ogro con la vida, y dejarse de cuentos, que en esta verbena, te espero bajo los farolillos de colores, con los faralaes burbujeando en lunas de plata sacándole la lengua a Lorca en un puente de Triana, o en el de Charles de Praga, o en el Vecchio italianini, o bajo el del toro de Salamanca, dándonos de bruces mientras creamos que nos birlarán las uvas los que se creen más listos, mientras siguen cosiéndome las articulaciones y me voy cosiendo a pespuntes un trajecito de flores silvestres que voy recogiendo tras la siembra que ni planté y para la ocasión.
Que ningún corazón es de gomaespuma o sí?? aunque muchos parezcan de oro y no sea oro todo lo que reluzca, que sabíamos que este otoño llovería y ni a gusto de todos, y abriendo el libro que mi mami me regaló tras el único duelo que sigo sin poder hacer, y en su día, inquieta y preocupada por mi persona (como cualquier madre, ya digo) el de Kübler-Ross, y en la fase 5, ya, y la reconforto y le cuento que ya están muchos en ella, más de los que ni se imagina, pero otros siguen navegando en mi mente volatinera en el 3 y visto lo visto, (y de que nada sirven las negociaciones) mejor acabamos en la 5 y de golpe desde el punto 1, y nos dejamos de tanto mareo, y que los trileros de feria de pueblo en la que jamás nos llevamos el muñequito de peluche, sigan atinando en su "platooooo" de tiras y aflojo, y déjemonos ya de navegar en su circo, y todas sus /y nuestras montañas rusas.