Revista Diario

La vie en rose...

Publicado el 12 enero 2013 por Evamric2012
La vie en rose...
La vida no es de color de rosa… pero tú me la pintas en rosa,  y me la bañas en algodones de azúcar desde que te conozco, o en manzanas de caramelo, y en almíbares de melocotón desde hace ya muchos y tantos años...Que me despeinas la mañana con una sonrisa franca, con un mensajito en el guasap y unos ojitos de los que me he de comer cuando menos te lo esperes porque te tengo que besar la mirada y la frente y coserte la boca a besos o a pespuntes ahora, o como siempre y nunca, y hasta que sucumba mi último aliento.A menudo, por no decir a lo largo del tiempo, aun ya sea en la distancia, cuando tiro la toalla y ando toda magullada en el ring, eres y nunca dejaste de ser tú quien viniese a suturarme las heridas abiertas, y me metiese el bocado entre los dientes cuando anduve medio grogui para que siguiera dándole fuerte a todo saco que se me siguiese poniendo por delante. Sin orgullo ni cosas de esas rarillas por estilo  que sólo los egocéntricos y los gallitos o las mindundis suelen permitirse.Cuando ese juez que eres  llega y me canta La vie en rose, (porque ya era hora de aprendérsela), las crisis, el felpudo de la ignominia, el cansancio y las latitudes aparentes desaparecen de un plumazo.Pienso en ti cuando todavía me desgarro por dentro y me pongo de puntillas en cualquier tejadito,  y mis alas se despliegan para no desmoronarme y saber que sea lo que fuere: comedores sociales, libertad para Cuba, mujeres sin burkinis, sin ablaciones, sin golpes de los que no se ven… necesitan todavía de tus leyes y de mis humildes gestos.

Y regreso, y regresamos a lo que fuimos, a aquel instante preciso en el que cobardemente dejamos atrás y le dimos la espalda a lo que tenía que ser, y que por acatar reglas, dogmas y pusilánimes rebeldías echamos a perder y nos llegó a convertir en seres errantes en busca de quimeras irreversibles, sin levantar cabeza sentimentalmente desde entonces, y dejando absurdamente que nos dolieran aquellos pobres payasos que sólo intentaron acercarse a nosotros y vivir dentro de unas reglas tan insípidas y sosas como son las que los colman de dignidad y honestidad…pero que jamás se saltaron. Tú y yo sabemos que ese polvo que los ciega, (pero a nosotros nos permite seguir saltándonos a la torera y sin ni siquiera vengarnos desde entonces) es una mentira más y un aburrimiento, y una soledad solapada, o  un tirarle las bragas a alguien en la cara, o un  alimentar un deseo inexistente en alguien que sea capaz de seguir ese absurdo juego que ya no nos lleva a ninguna parte.A cada paso que damos, y asumiendo golpe tras golpe,( por bajo y ruin que sea), sabemos que todo abecedario aprendido y alterado gramática y sintácticamente, o plagiado, pero en el que otros seguirán dejando huellas o  larvas, o cagarrutas de paloma, habremos labrado camino. Fuimos referente… ¿?? Ni siquiera...Ha pasado el tiempo, hemos naufragado ambos a nuestra manera, nos hemos hundido en un tsunami, pero seguimos siendo ese par de locos que sobreviven a este maremoto de olas con resaca y  que siguen dejando su espuma grabada en la arena de algunos pasos perdidos a la espera de que ya alguien nos tome el testigo y sea mucho más valiente de lo que nosotros nunca fuimos. Nos hemos hecho mayores, somos maduros y lo intentamos llevar como ángeles caídos a la espera de nuevos sueños que proteger y mimar.Y hoy,  así, melancólicamente,  me paro a pensar y me digo que  si nunca dejamos de querernos tal vez fue porque nunca llegamos a mentirnos ni tú a mí, ni yo a ti, ni a nosotros mismos, al menos una vez…  bajo la luna en aquella noche de fiesta en la Facultad de Derecho, o en este hoy en el que me escribes y te leo… o tal vez  no fue  ni en aquel momento ni ahora, ya que nos seguimos queriendo tanto o más como aquel día en que nos conocimos, yo a punto de salir para París, y tú a punto de casarte… y constatando  y sacando conclusiones juntos, de ésta, nuestra historia, nos decimos que la cagamos, sí, pero no es que no supiéramos  hacerlo bien, ni lo hayamos hecho tan mal, como cantaba Bola de nieve... en la versión original  de Osvaldo Farrés.
¿Recuerdas?
                                                                       

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