La vuelta al parque

Publicado el 30 octubre 2017 por Ninocactus

Vuelve a pedirme que le empuje, no le basta sólo con el impulso de sus piernas.

Poco a poco coge velocidad y ríe ruidosamente. Yo sigo empujando con más fuerza, contagiado por su emoción.

-¡Yuju! -. No sé si lo dice él o yo, o el aire, que se divierte por primera vez en mucho tiempo.

Con el último envión, sale despedido y a mí me entra el pánico.

-¿Está bien, don Antonio? -le pregunto mientras vuelvo a colocarlo en la mecedora, con la esperanza de que el resto de residentes no se haya dado cuenta de nada.