Hacia tiempo que miraba de reojo esta botella. Pese a que estaba cubierta con un elegante papel y estratégicamente la coloqué en lo más profundo de la nevera, de vez en cuando me llamaba, o, más bien, me susurraba.
Lacima es uno de esos vinos que por su prestancia (la gama más alta de la bodega) y por su precio (unos 30 euros), pide una ocasión especial para ser abierto. Finalmente una buena noticia me dio la excusa, y procedimos a dar cuenta de él.
Se trata, como he dicho, el "top" de Dominio do Bibei así como su único monovarietal de mencía. Por si no lo he dicho, Ribeira Sacra. Viñedos situados entre 300 y 700 metros y de diferentes fincas, con cepas de entre quince y cien años. Paupérrimos suelos de granito, arcilla y pizarra. Viento y silencio.
Vendimia y selección manual, racimo a racimo. Fermentado en barricas abiertas de 500 l. de roble francés, crianza sobre sus lías durante 20 meses en barricas de 1º y 2º año de roble francés de 300 l., maloláctica en barrica, embotellado sin filtrar ni estabilizar (ojo, en día de armonía astral), y finalmente permanece en botella durante 18 meses antes de su salida al mercado.
Se presentó con un picota-grana, capa media y vivo ribete. Algo cerrado de inicio, va sacando complejidad en nariz, con cerezas en compota, licor de cassis y en copa agitada va sacando notas lácteas (yogur de frutas del bosque) y cilantro, y con el reposo van floreciendo la mina de lápiz, vainilla y chocolate. Con el tiempo de copa, y, sobre todo con el jarreado y decantado, se abre, y va sacando más y mas cosas. Buena evolución al segundo día de apertura en botella.
Y lo mejor en boca, donde es cremoso y vibrante, con buena acidez; el tanino se presenta como un mayordomo británico vetusto y viajado que únicamente se hace visible cuando se le busca, pero que sin duda está ahí para hacer que todo parezca fácil, y es que, en definitiva, se trata de un vino extraordinariamente fácil, lo que entraña el peligro de beberse la botella entera sin parar un minuto a pensar e ir extrayendo el sinfín de matices que sutilmente nos va aportando.
Frutillas, notas animales y térreas que por separado se nos harían cuesta arriba, pero que unidas hacen crecer a este tinto fino, elegante y de sutil longitud.
No esperen un vino de gran impacto, fuertes aromas o trago potente e interminable porque les decepcionará, pues la delicadeza es su mejor característica.
La madera, y, en cierta medida la variedad, ceden en favor de un proyecto quizás más elevado y en el que el tiempo juega a su favor. Creo que a ciegas no lo hubiera situado muy lejos de Hermitage o, al menos, de la influencia del Ródano....
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Lacima 2005: todo en su sitio
Publicado el 17 enero 2010 por MarianoTambién podría interesarte :