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Lactancia, colecho y sexo

Publicado el 19 febrero 2013 por Papadigital @papa_digital_
Lactancia, colecho y sexo

Lactancia, colecho y sexo

19 de febrero de 2013 by Papá Digital

Hace ya unas semanas que vengo planificando un artículo en el que hablar de este tema. Y aunque este blog se define por narrar mis propias experiencias, el pudor y mi deseo de no querer mostrar demasiado de algo tan personal hicieron que retrasara su publicación. Pero creo que es posible hablar de esta cuestión sin que mi intimidad y la de mi chica se vea sobreexpuesta.

piojos

Foto de meta viendo distribuida con licencia CC-BY-SA-2.0

Cuando haces una búsqueda en Google sobre lactancia y sexo ves que todas las entradas indéxadas se refieren a la lactancia, en relación con el sexo, como un período en el que la inhibición y el descenso de la líbido son lo normal. Eso sumado a los cambios producidos a nivel físico en el cuerpo de la mujer, al cansancio por falta de sueño y el esfuerzo que puede suponer la lactancia provoca que las relaciones sexuales tiendan a desaparecer.
No voy a entrar en cambios hormonales de la mujer, bajada de estrógenos y aumento de prolactina, por que ya están muy bien comentados en numerosas publicaciones. No es de eso de lo que quiero hablar, ya que creo que si las relaciones sexuales se resienten durante la lactancia no es exclusivamente achacable a la mujer, además de que cada mujer es única y no todas sienten de igual forma los cambios derivados de la lactancia. Me gustaría comentar el papel del hombre, la importancia de su actitud (también su aptitud) frente al sexo en particular y frente a las muestras de afecto y cariño en general. Además de que los hombres tenemos a nuestro favor un incremento de oxitocina, por lo que la predisposición al afecto tiene que ser mayor.

Tras el nacimiento de los mellizos decidimos que nuestra habitación se convertiría en la habitación de la familia. Pusimos en práctica el colecho con los recién nacidos, quisimos incluir a nuestra peque mayor y los fines de semana (algún otro también) en nuestra cama somos cinco. Evidentemente hemos realizado cambios en el dormitorio y ahora tenemos dos camas unidas y aún así el espacio escasea. El colecho genera un problema de logística a la hora de encontranos en cama y simplemente darnos un abrazo, un beso. Pero no es el fin del sexo, existen momentos en los que todos duermen a nuestro alredor y podemos abrazarnos, besarnos, acariciarnos, etc. Y además, existen más horas que las nocturnas para el sexo y más espacios que la cama.

A pesar de todo lo anterior, el principal escollo es la incapacidad para mostrar los sentimientos, la falta de sensibilidad, el no ser capaz de actuar con ternura cuando hace más falta. Eso si que termina con el sexo. Amo a mi chica, la quiero, estamos juntos desde hace muchos años y a pesar de eso sigo siendo un desastre con los sentimientos, con su expresión. La teoría la tengo muy clara: cuidar los detalles, entregarse, dar sin recibir, ser atento; pero, tengo que confesar, a la hora del día a día soy poco o nada detallista y ese es mi principal problema. Y como vivo en primera persona esta forma de ser, tengo muy claro que el sexo no se nutre sólo de hormonas, sino de muestras de afecto, de contacto, de erotismo. Amo a mi chica y tengo una deuda pendiente con ella. El punto final de este artículo es el momento de comenzar a mejorar.


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