Solo hay dos bombillas que lucen en mi dormitorio. Dos de las cinco. Compré bombillas led y no encajan en las tulipas. Mira que porfié al ferretero cuando me aseguró que valdrían las que me dio. Se equivocó, pero me aseguré que podría descambiarlas y lo haré esta semana.
Hasta hace dos días no sabía encender la barbacoa y hasta hace unos meses, no había conducido el coche hasta la playa. Aunque me creía independiente, he aprendido mucho desde que vivo realmente sola. Antes lo estaba también en mi interior, pero éramos dos y, al menos algunas cosas las compartíamos. Viajar hasta la playa conduciendo sola mi nuevo coche fue un triunfo y, os parecerá estúpido, pero al llegar solté una enorme carcajada. Hacer una barbacoa fue otro triunfo. La panceta quedó churruscada como nos gusta y los chorizos sabían de muerte.
Quiero pintar la fachada y el garaje y, me ayude alguien o no, elegir sola el color de la pintura, será otro truinfo. Con ayuda tardaré menos y sin ayuda más, pero de seguro soltaré otra carcajada cuando acabe. Toda lucha es grande y ningún logro es pequeño. Cada ladrillo cuenta en mi casa. Voy construyendo...