Lágrimas viajeras.

Publicado el 22 septiembre 2014 por Marga @MdCala

Es difícil esto. Es muy difícil ser totalmente objetiva con una misma y saber perder con dignidad. Pero al menos eso quiero hacerlo, y quiero hacerlo bien. Estos son días de lágrimas: algunas con voz y tacto, otras calladas y disfrazadas de sonrisa, porque hay fechas coincidentes de mayor importancia y hay que aguantar el tirón… pero una vez hecho, tengo que escribir (me gustaría escribir) lo sucedido. Deseo que estas lágrimas que llegaron una mala mañana, viajen al otro extremo del planeta y allí se pierdan para no volver jamás. Deseo que si alguna vez lo hacen, se vistan antes del rosa de la emoción, del verde de la esperanza, o del dorado del reconocimiento, pues con ningún otro color les serán abiertas las puertas…

Un nuevo concurso literario -“Mujeres viajeras”- me brindaba este verano la oportunidad de relatar una escapada en pocas palabras. Lo hice de inmediato, y cuando vi las condiciones y los premios, así como el gran número de finalistas que figurarían en su libro de historias a publicar, di por hecho que yo estaría entre estas últimas. Sesenta mujeres han sido las afortunadas, las primeras cuatro de la lista con viaje incluido. Pero yo me he quedado, una vez más, en tierra.

Es esa tierra que se abre vertiginosa bajo tus pies cuando lees el correo que la empresa te envía, a modo de agradecimiento. Lástima que olvidaran incluir el tacto y la elegancia en él. Al tiempo que te desestiman en un párrafo despersonalizado, cuentan contigo (con tu dinero) para comprar ese libro en el que no se te permite figurar. Tal como suena.

Publiqué que me sentía como la protagonista de “El secreto de su felicidad”, una historia de “La Flor contada”, y para mi asombro, hay personas a las que eso les gustó. Quiero pensar que no han leído el cuento, porque es el relato de una escritora fracasada, y ahí lo dejaré para no desvelar el final. Necesito pensar que mis amigos no se alegrarían por verme en su piel.

Aún queda un nuevo concurso por fallar, mucho más serio e importante que este, pues en él se la juega mi tercer libro. Un trabajo de más de dos años, de muchas horas, mucha ilusión y mucho empeño. No digo lo que pienso, pero lo podéis imaginar… Ya lo escribiré en noviembre. Me queda el burdo consuelo de que quienes me han juzgado y rechazado en “Mujeres viajeras” escriben con numerosas faltas de ortografía, estilo y gramática. Que no saben comunicar una mala noticia. Que venden ese libro de relatos a 20.- euros (motivación primera), y que gracias a ellos ahora veo con mayor claridad. No, no son excusas: he entendido perfectamente lo que me han dicho con tanta diplomacia, y de ahí que los bártulos estén a punto de ser colgados.

Si alguien está interesado o tiene curiosidad por leer mi descartado relato “Azul felicidad”, puede ponerse en contacto conmigo y se lo haré llegar por correo electrónico. Gratis y con un beso mojado. Mientras, seguiré intentando que estas lágrimas emprendan de nuevo el viaje y se olviden de mí…